/ viernes 19 de enero de 2024

Bio-Informando | Más que mil palabras

El viernes anterior discutíamos acerca de lo que se ha denominado como el ‘Blue Monday’ o ‘Lunes más triste” del año y curiosamente el fin de semana previo a este día, se conmemoró el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión; pero si esto no fuera suficiente, como un bálsamo curativo y agradable, cierra con broche de oro este próximo domingo el Día Internacional del Abrazo. Cada evento, cada efeméride que encuentra su espacio en el calendario, a su manera y en particular las que estamos analizando en esta ocasión, nos invitan a explorar el profundo impacto de la conexión humana en el bienestar mental y emocional.

En medio del ajetreo de nuestra vida cotidiana, el Día Internacional del Abrazo nos recuerda la calidez y lo reconfortante de un abrazo ya que a través de él se expresa inclusive mucho más que mil palabras. Abrazar, más allá de ser un gesto social y emocional, desencadena varios mecanismos biológicos en el cuerpo que contribuyen a beneficios para la salud tanto a corto como a largo plazo; así que una vez que expliquemos varias de estas respuestas biológicas que experimentamos al dar y/o recibir un abrazo, corramos a repartir y adquirir una buena dosis de ellos.

En primer lugar se libera oxitocina, que es comúnmente conocida como la “hormona del amor”; dicha hormona se sintetiza en el hipotálamo para luego liberarse por la hipófisis y se sabe que desempeña un papel crucial en el vínculo social, el apego y la conexión emocional.

Además, la oxitocina ayuda a reducir los niveles de cortisol asociados al estrés y la ansiedad, induciendo así una sensación de calma y relajación y también junto con otros neuropéptidos (moléculas que se originan en el cerebro) se sabe que son de gran ayuda para mejorar el sistema inmunitario y la calidad del sueño.

Otro de los beneficios que generan los abrazos es la regulación del ritmo cardiaco y la presión arterial; los abrazos pueden provocar vasodilatación, es decir, el ensanchamiento de los vasos sanguíneos permitiendo así que la sangre fluya con más facilidad.

De igual manera al experimentar un abrazo se activa el sistema nervioso parasimpático, a menudo denominado sistema de “descanso y digestión”, el cual ayuda a ralentizar el ritmo cardíaco y favorece un estado de reposo y recuperación.

Entre otras sustancias que se producen durante un abrazo se encuentran la dopamina, la serotonina y las endorfinas las cuales están vinculadas con la sensación de felicidad, placer y reducción del dolor favoreciendo por ende a una mejora en el estado de ánimo y en la sensación de bienestar en general.

Al conmemorar el Día Internacional del Abrazo y reconocer las luchas del “Blue Monday” y del Día Mundial de Lucha contra la Depresión, podemos comprender el profundo impacto que la compasión y el apoyo pueden tener en el bienestar mental, de ahí que la convergencia de estas efemérides nos invita a estar atentos a nuestra propia salud mental y a la de quienes nos rodean. Un abrazo, ofrecido con empatía y comprensión, quizá no resuelva completamente algunas situaciones, pero sin duda es un paso hacia el fomento de un entorno en el que las sombras de la depresión puedan ser iluminadas por la luz de la conexión humana ya que a través de ellos se transmiten un sinfín de emociones sin necesidad de palabras.

Nunca subestimemos el poder de un abrazo ya que este puede convertirse en un faro de calidez que contrarresta la frialdad emocional que acompaña a esta y cualquier época del año. Juntos podemos contribuir a un mundo en el que el peso de la depresión sea compartido y el potencial curativo de la conexión se celebre no sólo en días concretos sino en cada uno de nuestros días.

Excelente fin de semana.


El viernes anterior discutíamos acerca de lo que se ha denominado como el ‘Blue Monday’ o ‘Lunes más triste” del año y curiosamente el fin de semana previo a este día, se conmemoró el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión; pero si esto no fuera suficiente, como un bálsamo curativo y agradable, cierra con broche de oro este próximo domingo el Día Internacional del Abrazo. Cada evento, cada efeméride que encuentra su espacio en el calendario, a su manera y en particular las que estamos analizando en esta ocasión, nos invitan a explorar el profundo impacto de la conexión humana en el bienestar mental y emocional.

En medio del ajetreo de nuestra vida cotidiana, el Día Internacional del Abrazo nos recuerda la calidez y lo reconfortante de un abrazo ya que a través de él se expresa inclusive mucho más que mil palabras. Abrazar, más allá de ser un gesto social y emocional, desencadena varios mecanismos biológicos en el cuerpo que contribuyen a beneficios para la salud tanto a corto como a largo plazo; así que una vez que expliquemos varias de estas respuestas biológicas que experimentamos al dar y/o recibir un abrazo, corramos a repartir y adquirir una buena dosis de ellos.

En primer lugar se libera oxitocina, que es comúnmente conocida como la “hormona del amor”; dicha hormona se sintetiza en el hipotálamo para luego liberarse por la hipófisis y se sabe que desempeña un papel crucial en el vínculo social, el apego y la conexión emocional.

Además, la oxitocina ayuda a reducir los niveles de cortisol asociados al estrés y la ansiedad, induciendo así una sensación de calma y relajación y también junto con otros neuropéptidos (moléculas que se originan en el cerebro) se sabe que son de gran ayuda para mejorar el sistema inmunitario y la calidad del sueño.

Otro de los beneficios que generan los abrazos es la regulación del ritmo cardiaco y la presión arterial; los abrazos pueden provocar vasodilatación, es decir, el ensanchamiento de los vasos sanguíneos permitiendo así que la sangre fluya con más facilidad.

De igual manera al experimentar un abrazo se activa el sistema nervioso parasimpático, a menudo denominado sistema de “descanso y digestión”, el cual ayuda a ralentizar el ritmo cardíaco y favorece un estado de reposo y recuperación.

Entre otras sustancias que se producen durante un abrazo se encuentran la dopamina, la serotonina y las endorfinas las cuales están vinculadas con la sensación de felicidad, placer y reducción del dolor favoreciendo por ende a una mejora en el estado de ánimo y en la sensación de bienestar en general.

Al conmemorar el Día Internacional del Abrazo y reconocer las luchas del “Blue Monday” y del Día Mundial de Lucha contra la Depresión, podemos comprender el profundo impacto que la compasión y el apoyo pueden tener en el bienestar mental, de ahí que la convergencia de estas efemérides nos invita a estar atentos a nuestra propia salud mental y a la de quienes nos rodean. Un abrazo, ofrecido con empatía y comprensión, quizá no resuelva completamente algunas situaciones, pero sin duda es un paso hacia el fomento de un entorno en el que las sombras de la depresión puedan ser iluminadas por la luz de la conexión humana ya que a través de ellos se transmiten un sinfín de emociones sin necesidad de palabras.

Nunca subestimemos el poder de un abrazo ya que este puede convertirse en un faro de calidez que contrarresta la frialdad emocional que acompaña a esta y cualquier época del año. Juntos podemos contribuir a un mundo en el que el peso de la depresión sea compartido y el potencial curativo de la conexión se celebre no sólo en días concretos sino en cada uno de nuestros días.

Excelente fin de semana.