/ sábado 2 de marzo de 2024

Remembranzas | Nuestro mejor vendedor

El pasado 1 de marzo se cumplieron 170 años de la revolución de Ayutla encabezada por Juan Álvarez e Ignacio Comonfort para derrocar la dictadura de Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lobrón conocido como el Seductor de la Patria y como el “Mejor vendedor de México”.

Esta fecha debería de considerarse fiesta nacional pues fue el principio del fin de la vida política de un personaje que con su conducta irresponsable, soberbia y orgullo tonto, causó graves daños a nuestro país y que hasta la fecha los seguimos padeciendo.

Santa Anna fue 11 veces presidente de México más solo estuvo un tiempo efectivo de 5 años 9 meses y 28 días, poco tiempo para la cantidad de metidas de pata que dio (y eso que sólo tenía una).

Como militar fue un fracaso, en 1836 perdió la guerra contra Texas lo que causó que se perdiera ese intenso territorio. Después entre 1846 y 1847 no ganó ni una batalla contra Estados Unidos, eso ocasionó que se perdieran más de 2 millones de hectáreas reclamadas por el vecino del Norte por compensación de los gastos de guerra.

Posteriormente en 1853 aceptó venderle al Gobierno de Estados Unidos 76, 770 kilómetros cuadrados pertenecientes a Sonora por 10 millones de pesos. Así fue como Tucson, Yuma, Sierra Vista dejaron de ser sonorenses. El Senado de Estados Unidos aprobó mandar 7 millones de dólares de los cuales sólo llegaron 6, mismos que Santa Anna se gastó en sus múltiples deudas de juego y gastos suntuosos de su “gobierno”.

Eso fue la gota que derramó el vaso para que se iniciara la revolución de Ayutla, Santa Anna cobraba impuestos no sólo por el aire que entraba a las casas por las puertas y ventanas, sino también por los perros y por el número de ejes de los carruajes.

Cada vez que paso por una caseta de cobro y veo el letrero de las tarifas no puedo evitar pensar que, efectivamente las cosas cambian... pero ¡Sólo de dueño! Esperemos que no se crean nuevos impuestos y la cordura se asiente para bien de nuestra nación.

Santana fue un vendedor
Sin moral y sin conciencia,
Hipotecó la nación
Y abandonado murió
Con avanzada demencia.

El pasado 1 de marzo se cumplieron 170 años de la revolución de Ayutla encabezada por Juan Álvarez e Ignacio Comonfort para derrocar la dictadura de Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lobrón conocido como el Seductor de la Patria y como el “Mejor vendedor de México”.

Esta fecha debería de considerarse fiesta nacional pues fue el principio del fin de la vida política de un personaje que con su conducta irresponsable, soberbia y orgullo tonto, causó graves daños a nuestro país y que hasta la fecha los seguimos padeciendo.

Santa Anna fue 11 veces presidente de México más solo estuvo un tiempo efectivo de 5 años 9 meses y 28 días, poco tiempo para la cantidad de metidas de pata que dio (y eso que sólo tenía una).

Como militar fue un fracaso, en 1836 perdió la guerra contra Texas lo que causó que se perdiera ese intenso territorio. Después entre 1846 y 1847 no ganó ni una batalla contra Estados Unidos, eso ocasionó que se perdieran más de 2 millones de hectáreas reclamadas por el vecino del Norte por compensación de los gastos de guerra.

Posteriormente en 1853 aceptó venderle al Gobierno de Estados Unidos 76, 770 kilómetros cuadrados pertenecientes a Sonora por 10 millones de pesos. Así fue como Tucson, Yuma, Sierra Vista dejaron de ser sonorenses. El Senado de Estados Unidos aprobó mandar 7 millones de dólares de los cuales sólo llegaron 6, mismos que Santa Anna se gastó en sus múltiples deudas de juego y gastos suntuosos de su “gobierno”.

Eso fue la gota que derramó el vaso para que se iniciara la revolución de Ayutla, Santa Anna cobraba impuestos no sólo por el aire que entraba a las casas por las puertas y ventanas, sino también por los perros y por el número de ejes de los carruajes.

Cada vez que paso por una caseta de cobro y veo el letrero de las tarifas no puedo evitar pensar que, efectivamente las cosas cambian... pero ¡Sólo de dueño! Esperemos que no se crean nuevos impuestos y la cordura se asiente para bien de nuestra nación.

Santana fue un vendedor
Sin moral y sin conciencia,
Hipotecó la nación
Y abandonado murió
Con avanzada demencia.