/ sábado 16 de marzo de 2024

Remembranzas | Filosofía y campañas

La propaganda política nos bombardea por todas partes y como un medio de “defensa” podemos recurrir a la filosofía y no nos referimos sólo a la definición clásica que dice que la filosofía es el “amor por la sabiduría”.

Aceptemos que la filosofía hace las “preguntas radicales”, aquellas que se necesitan responder para aclarar y orientarnos sobre el sentido del mundo y de nuestra vida, para saber quiénes somos y que podemos hacer.

Pondremos algunos ejemplos de cómo funciona este concepto de “preguntas radicales”:

¿Sabe a qué se debe la distancia entre los rieles de las vías del ferrocarril de Estados Unidos? La primera respuesta sería porque así se acostumbraba en Inglaterra, y si seguimos preguntando sabríamos que Inglaterra lo hizo porque esa era la anchura de los caminos antiguos y correspondía a la medida entre las ruedas de los carros romanos que eran los principales medios de transporte durante el dominio de su imperio.

Como cooperación para nuestros candidatos por si les hacen algunas preguntas incómodas les sugiero las siguientes respuestas:

Si mencionan las flores mexicanas y alguien pregunta ¿Cuál es la flor nacional de México? La respuesta es La Dalia, el presidente López Mateos la nombró en 1963. Si acaso surge la pregunta: ¿Qué tipo de serpiente está en el escudo nacional? Se puede contestar que hasta 1967 era una culebra de agua y luego se cambió por una víbora de cascabel.

Si de casualidad alguno de ustedes menciona la famosa frase “Ábrete sésamo” y algún maloso les preguntó que si conocen que se refiere al cuento de “Las mil y una noche” llamado “Ali Babá y los 40 ladrones” y que trata de que era la fórmula mágica para abrir una cueva repleta de tesoros, ustedes pueden contestar que en Europa a la semilla de ajonjolí se le conoce como “sésamo” y se refiere a la flor que tiene numerosos pétalos y que al decirle que se abra y muestre el centro, lo hace cumpliendo con el deseo que se tiene de encontrar el “verdadero conocimiento”, puesto que igual que los tesoros de la cueva, este se encuentra oculto.

También les pueden preguntar que si estiman: ¿Cuánto va a costar cada voto que se logre en las próximas elecciones? Y que si creen que vale la pena efectuarlo. Puede ser un trago amargo al que se enfrenten, pienso que los métodos filosóficos podrían auxiliarlos en encontrar las respuestas porque…

Filosofía es distinguir…

Lo que es bueno de lo malo

y eso ayuda a discernir

“Si me lo tomo o lo derramo”

La propaganda política nos bombardea por todas partes y como un medio de “defensa” podemos recurrir a la filosofía y no nos referimos sólo a la definición clásica que dice que la filosofía es el “amor por la sabiduría”.

Aceptemos que la filosofía hace las “preguntas radicales”, aquellas que se necesitan responder para aclarar y orientarnos sobre el sentido del mundo y de nuestra vida, para saber quiénes somos y que podemos hacer.

Pondremos algunos ejemplos de cómo funciona este concepto de “preguntas radicales”:

¿Sabe a qué se debe la distancia entre los rieles de las vías del ferrocarril de Estados Unidos? La primera respuesta sería porque así se acostumbraba en Inglaterra, y si seguimos preguntando sabríamos que Inglaterra lo hizo porque esa era la anchura de los caminos antiguos y correspondía a la medida entre las ruedas de los carros romanos que eran los principales medios de transporte durante el dominio de su imperio.

Como cooperación para nuestros candidatos por si les hacen algunas preguntas incómodas les sugiero las siguientes respuestas:

Si mencionan las flores mexicanas y alguien pregunta ¿Cuál es la flor nacional de México? La respuesta es La Dalia, el presidente López Mateos la nombró en 1963. Si acaso surge la pregunta: ¿Qué tipo de serpiente está en el escudo nacional? Se puede contestar que hasta 1967 era una culebra de agua y luego se cambió por una víbora de cascabel.

Si de casualidad alguno de ustedes menciona la famosa frase “Ábrete sésamo” y algún maloso les preguntó que si conocen que se refiere al cuento de “Las mil y una noche” llamado “Ali Babá y los 40 ladrones” y que trata de que era la fórmula mágica para abrir una cueva repleta de tesoros, ustedes pueden contestar que en Europa a la semilla de ajonjolí se le conoce como “sésamo” y se refiere a la flor que tiene numerosos pétalos y que al decirle que se abra y muestre el centro, lo hace cumpliendo con el deseo que se tiene de encontrar el “verdadero conocimiento”, puesto que igual que los tesoros de la cueva, este se encuentra oculto.

También les pueden preguntar que si estiman: ¿Cuánto va a costar cada voto que se logre en las próximas elecciones? Y que si creen que vale la pena efectuarlo. Puede ser un trago amargo al que se enfrenten, pienso que los métodos filosóficos podrían auxiliarlos en encontrar las respuestas porque…

Filosofía es distinguir…

Lo que es bueno de lo malo

y eso ayuda a discernir

“Si me lo tomo o lo derramo”