/ sábado 10 de febrero de 2024

Remembranzas | ¡Urgen los cambios!

Esta semana, ¿por qué escogí el tema de los cambios? Recordando que un viejo maestro de literatura nos decía que para escribir un artículo no se necesita más que un asunto: lo demás… es lo de menos y ponía como ejemplo a Santa Teresa cuando decía: “Prometedme un cuarto de hora diario de oración mental, y en nombre de Jesucristo os prometo el cielo” por eso me decidí a tocar el tema de los cambios.

Uno de los problemas más graves de las organizaciones, es la necesidad de cambiar continuamente para adaptarse a la globalización actual, a la innovación y a la era del conocimiento, si no lo hacemos estamos en peligro de desaparecer.

Los procesos de cambio han sido investigados en forma exhaustiva a través de los años, Charles Darwin en 1859 en su obra La Evolución de las especies dice: “Sabemos perfectamente que muchos grupos antes poderosos se han extinguido. La causa principal es que siempre admitimos con lentitud cualquier gran cambio cuyos pasos intermedios no vemos”.

Anaximandro filósofo griego en el año 600 a. C. fue el primer evolucionista, decía que el origen de las cosas es interminable puesto que al mismo tiempo que reciben la existencia, las cosas llevan consigo la necesidad imperiosa de morir.

La “partidocracia” cada vez más se aleja de los ciudadanos y se concentra en pequeños grupos afines a sus intereses y esa es una negación a buscar cambios favorables para la sociedad. Se han adueñado de los gobiernos y del Congreso y aunque saben cuáles son las cosas que deben de cambiar, cómo y dónde, pero no lo hacen y aparentemente se niegan aceptar que toda organización debe prepararse para ver y entender que las épocas de transición son oportunidades para crecer y que si no se aprovechan, existe el peligro de que desaparezcan.

Tienen abandonada a la clase media, “atienden” principalmente a la clase pudiente y a la más desamparada. Los conceptos de cambio, necesarios para salir adelante como nación, los tienen enlatados o empantanados sin movimiento hacia adelante. Ellos, a la clase media no le prestan atención, no le dan importancia. ¿Cambiaran las cosas el próximo julio?

¡No puedes dirigir el viento!

Más sí puedes modificar

la dirección de tus velas,

y así… ¡Si podrás cambiar!

Esta semana, ¿por qué escogí el tema de los cambios? Recordando que un viejo maestro de literatura nos decía que para escribir un artículo no se necesita más que un asunto: lo demás… es lo de menos y ponía como ejemplo a Santa Teresa cuando decía: “Prometedme un cuarto de hora diario de oración mental, y en nombre de Jesucristo os prometo el cielo” por eso me decidí a tocar el tema de los cambios.

Uno de los problemas más graves de las organizaciones, es la necesidad de cambiar continuamente para adaptarse a la globalización actual, a la innovación y a la era del conocimiento, si no lo hacemos estamos en peligro de desaparecer.

Los procesos de cambio han sido investigados en forma exhaustiva a través de los años, Charles Darwin en 1859 en su obra La Evolución de las especies dice: “Sabemos perfectamente que muchos grupos antes poderosos se han extinguido. La causa principal es que siempre admitimos con lentitud cualquier gran cambio cuyos pasos intermedios no vemos”.

Anaximandro filósofo griego en el año 600 a. C. fue el primer evolucionista, decía que el origen de las cosas es interminable puesto que al mismo tiempo que reciben la existencia, las cosas llevan consigo la necesidad imperiosa de morir.

La “partidocracia” cada vez más se aleja de los ciudadanos y se concentra en pequeños grupos afines a sus intereses y esa es una negación a buscar cambios favorables para la sociedad. Se han adueñado de los gobiernos y del Congreso y aunque saben cuáles son las cosas que deben de cambiar, cómo y dónde, pero no lo hacen y aparentemente se niegan aceptar que toda organización debe prepararse para ver y entender que las épocas de transición son oportunidades para crecer y que si no se aprovechan, existe el peligro de que desaparezcan.

Tienen abandonada a la clase media, “atienden” principalmente a la clase pudiente y a la más desamparada. Los conceptos de cambio, necesarios para salir adelante como nación, los tienen enlatados o empantanados sin movimiento hacia adelante. Ellos, a la clase media no le prestan atención, no le dan importancia. ¿Cambiaran las cosas el próximo julio?

¡No puedes dirigir el viento!

Más sí puedes modificar

la dirección de tus velas,

y así… ¡Si podrás cambiar!