/ domingo 15 de octubre de 2023

ElCrítico21 | X: De ver, ¿dan ganas?

El porno, como industria, ya no es lo que era. Plataformas como Brazzers y PornHub —por sólo mencionar un par— están muy cerca de aniquilar a “la tradición pornográfica”. Y las principales víctimas son las mujeres: se han visto obligadas a trabajar más, por la mitad de su salario.

El Internet mató a la estrella del porno.

Es por eso que X (Ti West, 2022), producción seleccionada por la Cineteca Sonora para su exhibición y disponible en Amazon Prime Video, es una película montada en la nostalgia, cuando el mundo veía filmes explícitos para excitarse.

X es nostalgia porque está atrapada en 1979. No había web ni dispositivos electrónicos. Las pantallas eran caseras y gratuitas o, como se pretendía, gigantescas y con taquilla. Es la historia de un grupo de jóvenes cineastas que acuden a una locación campirana para filmar una película pornográfica.

Y, aunque en adelante seremos testigos de lugares comunes, X sale adelante con un guión elaborado a partir del eterno conflicto entre las pulsiones humanas y la represión, envuelto en el terror, o bien, en las slash movies, para ser exactos.

Wayne (Martin Henderson) y su camarógrafo RJ (Owen Campbell) viajan decididos a realizar una película para adultos “con argumento”, capaz de generar las ganancias suficientes como para convertirlos en productores solventes. Ellos van acompañados por Maxine (Mía Goth), Lorraine (Jenna Ortega), Bobby-Lynne (Britanny Snow) y el semental negro, Jackson (Kid Cudi).

El equipo llega a una granja rodeada por un bucólico paisaje donde son recibidos por una perturbadora pareja de ancianos quienes, detrás de su vulnerabilidad esconden un espantoso secreto.

¿Mencioné la existencia de lugares comunes creados por las cintas de terror de aquella época? Para empezar tenemos el contexto inequívoco de la naturaleza —bosque, estepa, pantano— como ambiente que simboliza la indefensión del ser humano.

Después, está la juventud, la vida, la sangre vigorosa y las pasiones que recibirán su castigo: es fundamental comprender porque, desde el inicio de X, se establece la presencia televisiva de un predicador evangelista para explicar y anticipar lo que está a punto de ocurrir en la pantalla. En las slash movies, género por cierto en auge durante finales de la década de los setenta, los primeros que caen a manos del monstruo/asesino serán las parejas lúbricas que se entregan a sus devaneos. El sexo es malo y quien lo comete ha de sufrir condena.

Un detalle ha de llamar la atención. Mía Goth interpreta dos papeles, el de Maxine, tímida operadora de sonido que decide estrenarse como estrella porno, y Pearl, la extraña anciana confundida y fuera de este mundo. Este último personaje es el punto de partida para una nueva producción que abordará la vida de esta mujer en su pasado.

Se dice, no sin razón, que la pornografía convierte en pornografía todo lo que toca. Y en estos tiempos digitales y universales, donde los últimos tabúes, el incesto y la pederastia, invaden las redes sociales y el internet, podemos ver con añoranza una película como X, cuando el porno era noble.

Pervertido, pero noble.


Qué leer antes o después de la función

El amante de Lady Chatterly, de D.H. Lawrence. Relato erótico por excelencia que aún puede provocar reacciones lúbricas entre los lectores. Lady Chatterly, joven que enfrenta la impotencia de su marido, descubre en el leñador del feudo el motivo para entregarse a la pasión: el mejor sexo es una fuerza de la naturaleza, es salvaje, casi animal y, ¿es clasista?


El porno, como industria, ya no es lo que era. Plataformas como Brazzers y PornHub —por sólo mencionar un par— están muy cerca de aniquilar a “la tradición pornográfica”. Y las principales víctimas son las mujeres: se han visto obligadas a trabajar más, por la mitad de su salario.

El Internet mató a la estrella del porno.

Es por eso que X (Ti West, 2022), producción seleccionada por la Cineteca Sonora para su exhibición y disponible en Amazon Prime Video, es una película montada en la nostalgia, cuando el mundo veía filmes explícitos para excitarse.

X es nostalgia porque está atrapada en 1979. No había web ni dispositivos electrónicos. Las pantallas eran caseras y gratuitas o, como se pretendía, gigantescas y con taquilla. Es la historia de un grupo de jóvenes cineastas que acuden a una locación campirana para filmar una película pornográfica.

Y, aunque en adelante seremos testigos de lugares comunes, X sale adelante con un guión elaborado a partir del eterno conflicto entre las pulsiones humanas y la represión, envuelto en el terror, o bien, en las slash movies, para ser exactos.

Wayne (Martin Henderson) y su camarógrafo RJ (Owen Campbell) viajan decididos a realizar una película para adultos “con argumento”, capaz de generar las ganancias suficientes como para convertirlos en productores solventes. Ellos van acompañados por Maxine (Mía Goth), Lorraine (Jenna Ortega), Bobby-Lynne (Britanny Snow) y el semental negro, Jackson (Kid Cudi).

El equipo llega a una granja rodeada por un bucólico paisaje donde son recibidos por una perturbadora pareja de ancianos quienes, detrás de su vulnerabilidad esconden un espantoso secreto.

¿Mencioné la existencia de lugares comunes creados por las cintas de terror de aquella época? Para empezar tenemos el contexto inequívoco de la naturaleza —bosque, estepa, pantano— como ambiente que simboliza la indefensión del ser humano.

Después, está la juventud, la vida, la sangre vigorosa y las pasiones que recibirán su castigo: es fundamental comprender porque, desde el inicio de X, se establece la presencia televisiva de un predicador evangelista para explicar y anticipar lo que está a punto de ocurrir en la pantalla. En las slash movies, género por cierto en auge durante finales de la década de los setenta, los primeros que caen a manos del monstruo/asesino serán las parejas lúbricas que se entregan a sus devaneos. El sexo es malo y quien lo comete ha de sufrir condena.

Un detalle ha de llamar la atención. Mía Goth interpreta dos papeles, el de Maxine, tímida operadora de sonido que decide estrenarse como estrella porno, y Pearl, la extraña anciana confundida y fuera de este mundo. Este último personaje es el punto de partida para una nueva producción que abordará la vida de esta mujer en su pasado.

Se dice, no sin razón, que la pornografía convierte en pornografía todo lo que toca. Y en estos tiempos digitales y universales, donde los últimos tabúes, el incesto y la pederastia, invaden las redes sociales y el internet, podemos ver con añoranza una película como X, cuando el porno era noble.

Pervertido, pero noble.


Qué leer antes o después de la función

El amante de Lady Chatterly, de D.H. Lawrence. Relato erótico por excelencia que aún puede provocar reacciones lúbricas entre los lectores. Lady Chatterly, joven que enfrenta la impotencia de su marido, descubre en el leñador del feudo el motivo para entregarse a la pasión: el mejor sexo es una fuerza de la naturaleza, es salvaje, casi animal y, ¿es clasista?