/ lunes 6 de marzo de 2023

Minutos de lectura | La fiscalidad de la cultura (1/2)

La fiscalidad de la cultura es un tema poco explorado en México y Latinoamérica. Europa, por décadas, ha sido referencia en la implementación de mecanismos tributarios cuyo objetivo es beneficiar a la actividad cultural. Es fácil encontrar, en un solo clic, algunas opciones de profesionalización, capacitación y difusión de actividades de formación en torno a contabilidad fiscal de la cultura y las artes, pero la gran mayoría de ellas remite a opciones impartidas en el viejo continente.

México ha sido pionero en la implementación de algunos mecanismos que favorecen desde las leyes fiscales a la actividad artística. En 1957, por iniciativa de un grupo de artistas encabezados por David Alfaro Siqueiros, se implementó el “Programa de Pago en Especie”. Con esta opción, aún vigente, se inició la cobertura de las obligaciones fiscales pagando impuestos con obra plástica autoría del contribuyente. Este programa tuvo impulso generacional de tal suerte que, gracias a David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Rufino Tamayo y Raúl Anguiano, en 1975 y por Decreto Presidencial, se instauró como un mecanismo tributario permanente. Desde entonces a la fecha, sólo podemos referenciar bondades y generosidad hacia lo que ha sucedido con él, beneficiando a artistas e instituciones culturales, así como al público en general que puede apreciar de manera accesible y gratuita al arte creado por artistas radicados en nuestro país. Otro de los grandes beneficios que ha traído el Programa de Pago en Especie es la conformación de las más importantes colecciones de arte moderno y contemporáneo en México. Con orgullo, podemos decir que Sonora no está exento de ello.

El Gobierno del Estado cuenta con un acervo de obras de arte que ronda las 1,500 piezas artísticas autoría de creadores locales, nacionales o extranjeros oficialmente radicados en México. Gran parte de ese extraordinario acervo está compuesto por obras cedidas a nuestro Estado gracias al Programa de Pago en Especie. Incluso, una de las más destacadas colecciones públicas de nuestro país, sino es que la única en su tipo, es la Colección de Arte Sonorense y la Colección de Arte Nacional del Museo de Arte de Sonora (Musas) cuyo valor es, más allá de lo económico, incalculable en cuanto al patrimonio cultural material que representa. Gracias a este programa, Sonora cuenta en su colección con obras de artistas como José Luis Cuevas, Pedro Friedeberg, Roberto Turnbull, Betsabé Romero, Alberto Castro Leñero, Sergio Hernández, Francisco Guadarrama, Martha Chapa, Ethel Cooke, Carla Rippey, José Dávila, Xavier Wolsky, Mauro Giaconi, Berta Kolteniuk, Demián Flores, Jorge Luis Salas, Roberto Gómez Cortázar, entre muchas otras personalidades más. Algunas de estas obras son catalogadas como patrimonio de la nación y con orgullo podemos afirmar que están en nuestro Estado.

Los otros programas como Efiartes o Eficine, en su momento, han sido también grandes estrategias fiscales que ayudan a que nuestro país ingrese a la plataforma internacional en donde los incentivos fiscales son una herramienta inobjetable para el desarrollo y la competitividad en materia cultural. Sin embargo, insisto, aún es una ruta poco explorada más allá de lo que ha funcionado por años.

A nivel estatal sólo pocas entidades de la República pueden presumir mecanismos fiscales en apoyo a la cultura. A nivel municipal, de casi 2500 opciones, nadie se ha atrevido. Sonora ha sido referencia con el Estímulo Fiscal a la Cultura y las Artes (Eficas) puesto en marcha por primera vez en 2019. Tomando el ejemplo de Nuevo León y Jalisco, que fueron los primeros estados en implementar este tipo de mecanismos, Sonora se consolidó como líder nacional en este tipo de instrumentos fiscales. Luego, gracias al ejemplo de Sonora, Chihuahua logró un grandioso instrumento fiscal que hoy también es ejemplo nacional. Esperemos que muchas entidades más logren este tipo de mecanismos que, por lo menos en nuestro Estado y a estas fechas, seguro ha beneficiado a más de 70 proyectos con más de 40 millones de pesos a la comunidad cultural en tan sólo 3 emisiones anuales.

Aunque el Estímulo Fiscal en Sonora estuvo detenido durante 2022, este 2023 la instancia cultural estatal recién ha abierto la convocatoria nuevamente. Ojalá la comunidad cultural se nutra, lo estudie y participe. El beneficio obtenido será también, incalculable. Sólo falta que autoridades y participantes confíen más en él y entiendan su alcance. La magnitud y el beneficio quizá se regatee en el corto plazo. Será el tiempo, cuando nos alejemos del elefante y lo veamos en perspectiva, que se valorará en su justa dimensión: la de su grandeza.


La fiscalidad de la cultura es un tema poco explorado en México y Latinoamérica. Europa, por décadas, ha sido referencia en la implementación de mecanismos tributarios cuyo objetivo es beneficiar a la actividad cultural. Es fácil encontrar, en un solo clic, algunas opciones de profesionalización, capacitación y difusión de actividades de formación en torno a contabilidad fiscal de la cultura y las artes, pero la gran mayoría de ellas remite a opciones impartidas en el viejo continente.

México ha sido pionero en la implementación de algunos mecanismos que favorecen desde las leyes fiscales a la actividad artística. En 1957, por iniciativa de un grupo de artistas encabezados por David Alfaro Siqueiros, se implementó el “Programa de Pago en Especie”. Con esta opción, aún vigente, se inició la cobertura de las obligaciones fiscales pagando impuestos con obra plástica autoría del contribuyente. Este programa tuvo impulso generacional de tal suerte que, gracias a David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Rufino Tamayo y Raúl Anguiano, en 1975 y por Decreto Presidencial, se instauró como un mecanismo tributario permanente. Desde entonces a la fecha, sólo podemos referenciar bondades y generosidad hacia lo que ha sucedido con él, beneficiando a artistas e instituciones culturales, así como al público en general que puede apreciar de manera accesible y gratuita al arte creado por artistas radicados en nuestro país. Otro de los grandes beneficios que ha traído el Programa de Pago en Especie es la conformación de las más importantes colecciones de arte moderno y contemporáneo en México. Con orgullo, podemos decir que Sonora no está exento de ello.

El Gobierno del Estado cuenta con un acervo de obras de arte que ronda las 1,500 piezas artísticas autoría de creadores locales, nacionales o extranjeros oficialmente radicados en México. Gran parte de ese extraordinario acervo está compuesto por obras cedidas a nuestro Estado gracias al Programa de Pago en Especie. Incluso, una de las más destacadas colecciones públicas de nuestro país, sino es que la única en su tipo, es la Colección de Arte Sonorense y la Colección de Arte Nacional del Museo de Arte de Sonora (Musas) cuyo valor es, más allá de lo económico, incalculable en cuanto al patrimonio cultural material que representa. Gracias a este programa, Sonora cuenta en su colección con obras de artistas como José Luis Cuevas, Pedro Friedeberg, Roberto Turnbull, Betsabé Romero, Alberto Castro Leñero, Sergio Hernández, Francisco Guadarrama, Martha Chapa, Ethel Cooke, Carla Rippey, José Dávila, Xavier Wolsky, Mauro Giaconi, Berta Kolteniuk, Demián Flores, Jorge Luis Salas, Roberto Gómez Cortázar, entre muchas otras personalidades más. Algunas de estas obras son catalogadas como patrimonio de la nación y con orgullo podemos afirmar que están en nuestro Estado.

Los otros programas como Efiartes o Eficine, en su momento, han sido también grandes estrategias fiscales que ayudan a que nuestro país ingrese a la plataforma internacional en donde los incentivos fiscales son una herramienta inobjetable para el desarrollo y la competitividad en materia cultural. Sin embargo, insisto, aún es una ruta poco explorada más allá de lo que ha funcionado por años.

A nivel estatal sólo pocas entidades de la República pueden presumir mecanismos fiscales en apoyo a la cultura. A nivel municipal, de casi 2500 opciones, nadie se ha atrevido. Sonora ha sido referencia con el Estímulo Fiscal a la Cultura y las Artes (Eficas) puesto en marcha por primera vez en 2019. Tomando el ejemplo de Nuevo León y Jalisco, que fueron los primeros estados en implementar este tipo de mecanismos, Sonora se consolidó como líder nacional en este tipo de instrumentos fiscales. Luego, gracias al ejemplo de Sonora, Chihuahua logró un grandioso instrumento fiscal que hoy también es ejemplo nacional. Esperemos que muchas entidades más logren este tipo de mecanismos que, por lo menos en nuestro Estado y a estas fechas, seguro ha beneficiado a más de 70 proyectos con más de 40 millones de pesos a la comunidad cultural en tan sólo 3 emisiones anuales.

Aunque el Estímulo Fiscal en Sonora estuvo detenido durante 2022, este 2023 la instancia cultural estatal recién ha abierto la convocatoria nuevamente. Ojalá la comunidad cultural se nutra, lo estudie y participe. El beneficio obtenido será también, incalculable. Sólo falta que autoridades y participantes confíen más en él y entiendan su alcance. La magnitud y el beneficio quizá se regatee en el corto plazo. Será el tiempo, cuando nos alejemos del elefante y lo veamos en perspectiva, que se valorará en su justa dimensión: la de su grandeza.