/ lunes 5 de diciembre de 2022

Minutos de lectura | FIL Guadalajara y CLS

Afirmar que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) “es un foro del conservadurismo” dice más del emisor que del propio espacio ofendido. La FIL Guadalajara es una de las ferias del libro de habla hispana más importante en el mundo, si no es que la más. Multipremiada por sus logros de promoción editorial, promoción de lectura y economía naranja, la FIL es un espacio del que los mexicanos nos sentimos orgullosos. En contraste con quienes ahora la critican, particularmente desde el púlpito presidencial, la intención de denostar a la FIL no representa más que una confirmación —para muchos— de lo que pensamos de sus críticos: contradicción, mentira, marrullería y la “siempre inconformidad” hacia el sistema de quienes ahora son el sistema mismo.

Los 36 años de trayectoria de la FIL avalan su estructura y calidad, su diversidad y su profundo respeto hacia quienes piensan distinto, incluyendo la opinión que hoy tiene el presidente de la República y demás autoridades. Es por ello que, como mexicanos, debemos sentirnos orgullosos de lo que la industria editorial ha alcanzado en nuestro país. Y para muestra, basta un botón: el grandioso trabajo realizado por la Mtra. Consuelo Sáizar al frente de la Feria Internacional del Libro Monterrey que concluyó hace pocas semanas y que demostró el resurgimiento y la verdadera reconceptualización de un esfuerzo catalogado como el más importante del norte de México, así como los resultados alcanzados en esta edición de la FIL Guadalajara. Ambos ejemplos refieren a una industria editorial mexicana sólida que camina de la mano de escritores, comerciantes, agentes turísticos pero sobre todo, de lectores.

De acuerdo a la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), con los últimos datos disponibles al cierre de 2020, México registró una producción editorial anual de 59 millones de libros y una derrama económica de $7,200 millones de pesos en libros vendidos. Esa cifra contrasta con el incremento sostenido de producción y ventas de la última década en la que, previo a la contingencia sanitaria por COVID19, México registraba ya una producción editorial de 95 millones de ejemplares y $9,500 millones de pesos en ventas. Para ambos casos, previo y post COVID, el sector no es nada despreciable y su semillero apunta al “foro de conservadurismo” en Guadalajara. Vaya contradicción.

El desconocimiento como fuente de información

Un opinador de profesión, de edad avanzada e ideas producto de la fantasía, ha insistido con insultos y rabietas en difundir la desinformada versión de que la administración cultural 2015-2021 en Sonora dejó “al garete” y en el limbo la publicación de los seis libros ganadores del Concurso del Libro Sonorense 2020 y otros seis más de 2021. Sería importante precisar bien a sus lectores, aunque sean tres o cuatro, lo siguiente:


  1. Los ganadores del Concurso del Libro Sonorense 2020 se anunciaron el 26 de octubre de 2020. Valga decirlo, año de pandemia y por ello, con procesos burocráticos en extremo complicados.

  2. La dinámica interna del Instituto Sonorense de Cultura (ISC) desde hace por lo menos diez años, ha establecido que el proceso de corrección, edición, diseño e impresión de los libros ganadores, duran cuando menos 12 meses.

  3. Así, los libros anunciados como ganadores a finales de octubre de 2020, debían publicarse hasta octubre o noviembre de 2021, fecha en que la administración 2015-2021 ya no estaría en funciones.

  4. La administración cultural anterior inició con anticipación el trámite de suficiencia presupuestaria para la impresión de dichos libros. Eso consta en expediente de oficios DG/2021/0454 dirigidos a la Subsecretaría de Egresos.

  5. Al 12 de septiembre de 2021, último día de la administración anterior, el estatus informado a la Dirección General del ISC por parte de los editores refería:

    1. Que los libros ganadores del CLS 2020 aún estaban en diseño y corrección, no disponibles todavía para su impresión.

    2. Que el estatus presupuestario en Subsecretaría de Egresos se registraba aún en trámite, con disponibilidad de autorizarse siempre y cuando los libros ganadores del CLS 2020 estuvieran listos para impresión con el visto bueno de la administración entrante.

  6. De todo ese proceso, asuntos en trámite que involucraban seguimiento por parte de ambas administraciones (saliente y entrante) se dio aviso al entonces equipo de transición. Así consta ante el sistema habilitado para ello por Contraloría General del Estado y la Jefatura de Oficina del Ejecutivo.

  7. El lamentable retraso que se tuvo, por tanto, resultó de varios factores institucionales y no de lo que una mente distorsionada por interés y cerrazón quiere hacer creer y replicar un día sí y otro también.

  8. Por otra parte, los libros ganadores del Concurso del Libro Sonorense 2021 se anunciaron el 1 de noviembre de 2021, fecha en la que la administración cultural anterior ya no estaba en funciones. Tanto el veredicto como la impresión de dichos libros son responsabilidad total de la administración actual.


Valga la aclaración sólo para precisar datos. Más que las personas, es la institución la que requiere de información confiable para generar un ambiente de cordialidad, profesional y de cercanía con la comunidad a la que atiende y que tanto urge. El desconocimiento como fuente de información es un lamentable y doloso vituperio.

Afirmar que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) “es un foro del conservadurismo” dice más del emisor que del propio espacio ofendido. La FIL Guadalajara es una de las ferias del libro de habla hispana más importante en el mundo, si no es que la más. Multipremiada por sus logros de promoción editorial, promoción de lectura y economía naranja, la FIL es un espacio del que los mexicanos nos sentimos orgullosos. En contraste con quienes ahora la critican, particularmente desde el púlpito presidencial, la intención de denostar a la FIL no representa más que una confirmación —para muchos— de lo que pensamos de sus críticos: contradicción, mentira, marrullería y la “siempre inconformidad” hacia el sistema de quienes ahora son el sistema mismo.

Los 36 años de trayectoria de la FIL avalan su estructura y calidad, su diversidad y su profundo respeto hacia quienes piensan distinto, incluyendo la opinión que hoy tiene el presidente de la República y demás autoridades. Es por ello que, como mexicanos, debemos sentirnos orgullosos de lo que la industria editorial ha alcanzado en nuestro país. Y para muestra, basta un botón: el grandioso trabajo realizado por la Mtra. Consuelo Sáizar al frente de la Feria Internacional del Libro Monterrey que concluyó hace pocas semanas y que demostró el resurgimiento y la verdadera reconceptualización de un esfuerzo catalogado como el más importante del norte de México, así como los resultados alcanzados en esta edición de la FIL Guadalajara. Ambos ejemplos refieren a una industria editorial mexicana sólida que camina de la mano de escritores, comerciantes, agentes turísticos pero sobre todo, de lectores.

De acuerdo a la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), con los últimos datos disponibles al cierre de 2020, México registró una producción editorial anual de 59 millones de libros y una derrama económica de $7,200 millones de pesos en libros vendidos. Esa cifra contrasta con el incremento sostenido de producción y ventas de la última década en la que, previo a la contingencia sanitaria por COVID19, México registraba ya una producción editorial de 95 millones de ejemplares y $9,500 millones de pesos en ventas. Para ambos casos, previo y post COVID, el sector no es nada despreciable y su semillero apunta al “foro de conservadurismo” en Guadalajara. Vaya contradicción.

El desconocimiento como fuente de información

Un opinador de profesión, de edad avanzada e ideas producto de la fantasía, ha insistido con insultos y rabietas en difundir la desinformada versión de que la administración cultural 2015-2021 en Sonora dejó “al garete” y en el limbo la publicación de los seis libros ganadores del Concurso del Libro Sonorense 2020 y otros seis más de 2021. Sería importante precisar bien a sus lectores, aunque sean tres o cuatro, lo siguiente:


  1. Los ganadores del Concurso del Libro Sonorense 2020 se anunciaron el 26 de octubre de 2020. Valga decirlo, año de pandemia y por ello, con procesos burocráticos en extremo complicados.

  2. La dinámica interna del Instituto Sonorense de Cultura (ISC) desde hace por lo menos diez años, ha establecido que el proceso de corrección, edición, diseño e impresión de los libros ganadores, duran cuando menos 12 meses.

  3. Así, los libros anunciados como ganadores a finales de octubre de 2020, debían publicarse hasta octubre o noviembre de 2021, fecha en que la administración 2015-2021 ya no estaría en funciones.

  4. La administración cultural anterior inició con anticipación el trámite de suficiencia presupuestaria para la impresión de dichos libros. Eso consta en expediente de oficios DG/2021/0454 dirigidos a la Subsecretaría de Egresos.

  5. Al 12 de septiembre de 2021, último día de la administración anterior, el estatus informado a la Dirección General del ISC por parte de los editores refería:

    1. Que los libros ganadores del CLS 2020 aún estaban en diseño y corrección, no disponibles todavía para su impresión.

    2. Que el estatus presupuestario en Subsecretaría de Egresos se registraba aún en trámite, con disponibilidad de autorizarse siempre y cuando los libros ganadores del CLS 2020 estuvieran listos para impresión con el visto bueno de la administración entrante.

  6. De todo ese proceso, asuntos en trámite que involucraban seguimiento por parte de ambas administraciones (saliente y entrante) se dio aviso al entonces equipo de transición. Así consta ante el sistema habilitado para ello por Contraloría General del Estado y la Jefatura de Oficina del Ejecutivo.

  7. El lamentable retraso que se tuvo, por tanto, resultó de varios factores institucionales y no de lo que una mente distorsionada por interés y cerrazón quiere hacer creer y replicar un día sí y otro también.

  8. Por otra parte, los libros ganadores del Concurso del Libro Sonorense 2021 se anunciaron el 1 de noviembre de 2021, fecha en la que la administración cultural anterior ya no estaba en funciones. Tanto el veredicto como la impresión de dichos libros son responsabilidad total de la administración actual.


Valga la aclaración sólo para precisar datos. Más que las personas, es la institución la que requiere de información confiable para generar un ambiente de cordialidad, profesional y de cercanía con la comunidad a la que atiende y que tanto urge. El desconocimiento como fuente de información es un lamentable y doloso vituperio.