/ viernes 12 de agosto de 2022

Sin medias tintas | No hagas nada

Quédate sentado y no hagas nada. El ladrón está brincando la cerca de la casa de tu vecino con intención de robar. No le hables a la Policía; nunca viene y además no quieres meterte en problemas. No te gustará ir después con las autoridades para ratificar la denuncia. Total, la responsabilidad es del dueño de la casa porque se fue a trabajar sabiendo que los ladrones pasan todos los días por el frente de su casa. Además tiene cosas muy valiosas, y no debería tenerlas en su casa sino resguardadas en otro lugar.

Quédate sentado y no hagas nada. La calle frente a tu casa está destrozada por las lluvias y los baches están por todas partes. Afortunadamente a ti sólo te toca uno o dos de esos hoyos porque vives cerca del bulevar. La culpa la tienen los otros vecinos por haber adquirido casas tan lejos de la vía principal. Y lo mejor es que la basura arrastrada por el agua no se acumula frente a tu casa, sino hasta las del fondo de la calle. Allá ellos, que compraron esas casas tan lejos.

Quédate sentado y no hagas nada. El parque está a oscuras y no se ve nada; pero afortunadamente tú y tus hijos están seguros porque sólo los sacas a divertirse antes de que se ponga el sol. Los otros tienen la culpa por tener hijos adolescentes que se la llevan haciendo deporte hasta la noche, y además ellos pueden cuidarse de los ladrones o drogadictos que aprovechan la oscuridad para hacer fechorías.

Quédate sentado y no hagas nada. Los perros o los indigentes están destrozando las bolsas de basura para sacar restos de comida o cartón. Qué bueno que sacaste la basura un día antes de la recolección y lo hiciste en bolsitas de plástico pequeñas que no se rompen, o ya no están en el punto donde el camión las recoge. Se quedaron las ramas del árbol que podaste y la taza del baño recién desechada, pero no importa, porque algún otro vecino se hará cargo.

Quédate sentado y no hagas nada. La casa abandonada del vecino está por ser invadida o desvalijada y no tienes manera de contactar al dueño ni tampoco quieres meterte en problemas porque no sabes qué clase de personas son los invasores. La Policía debería pasar más seguido por ahí y darse cuenta en el momento de lo que está pasando. ¡Maldita administración municipal!

Quédate sentado y no hagas nada. Desde el teléfono puedes seguir quejándote a través de las redes sociales de las cosas que no te gustan, y le pones un poco de “salsa” para que se lean más dramáticas, porque a los demás les gusta eso, y si no hay muchos “me gusta”, son los responsables ante la falta de empatía a tu problema. No entiende la gente lo importante de que tú vivas bien.

Quédate sentado y no hagas nada. Que los demás decidan por ti sobre quién debe gobernarlos o representarte en el Gobierno, si ya tienes la quincena o un trabajo seguro y estable, según tú, y lo que pase alrededor no es de tu incumbencia porque tú batallas todos los días por trabajar y buscar cómo llevar dinero a la casa para alimentar a tu familia.

Quédate sentado y no hagas nada… al cabo ya eres feliz.


Quédate sentado y no hagas nada. El ladrón está brincando la cerca de la casa de tu vecino con intención de robar. No le hables a la Policía; nunca viene y además no quieres meterte en problemas. No te gustará ir después con las autoridades para ratificar la denuncia. Total, la responsabilidad es del dueño de la casa porque se fue a trabajar sabiendo que los ladrones pasan todos los días por el frente de su casa. Además tiene cosas muy valiosas, y no debería tenerlas en su casa sino resguardadas en otro lugar.

Quédate sentado y no hagas nada. La calle frente a tu casa está destrozada por las lluvias y los baches están por todas partes. Afortunadamente a ti sólo te toca uno o dos de esos hoyos porque vives cerca del bulevar. La culpa la tienen los otros vecinos por haber adquirido casas tan lejos de la vía principal. Y lo mejor es que la basura arrastrada por el agua no se acumula frente a tu casa, sino hasta las del fondo de la calle. Allá ellos, que compraron esas casas tan lejos.

Quédate sentado y no hagas nada. El parque está a oscuras y no se ve nada; pero afortunadamente tú y tus hijos están seguros porque sólo los sacas a divertirse antes de que se ponga el sol. Los otros tienen la culpa por tener hijos adolescentes que se la llevan haciendo deporte hasta la noche, y además ellos pueden cuidarse de los ladrones o drogadictos que aprovechan la oscuridad para hacer fechorías.

Quédate sentado y no hagas nada. Los perros o los indigentes están destrozando las bolsas de basura para sacar restos de comida o cartón. Qué bueno que sacaste la basura un día antes de la recolección y lo hiciste en bolsitas de plástico pequeñas que no se rompen, o ya no están en el punto donde el camión las recoge. Se quedaron las ramas del árbol que podaste y la taza del baño recién desechada, pero no importa, porque algún otro vecino se hará cargo.

Quédate sentado y no hagas nada. La casa abandonada del vecino está por ser invadida o desvalijada y no tienes manera de contactar al dueño ni tampoco quieres meterte en problemas porque no sabes qué clase de personas son los invasores. La Policía debería pasar más seguido por ahí y darse cuenta en el momento de lo que está pasando. ¡Maldita administración municipal!

Quédate sentado y no hagas nada. Desde el teléfono puedes seguir quejándote a través de las redes sociales de las cosas que no te gustan, y le pones un poco de “salsa” para que se lean más dramáticas, porque a los demás les gusta eso, y si no hay muchos “me gusta”, son los responsables ante la falta de empatía a tu problema. No entiende la gente lo importante de que tú vivas bien.

Quédate sentado y no hagas nada. Que los demás decidan por ti sobre quién debe gobernarlos o representarte en el Gobierno, si ya tienes la quincena o un trabajo seguro y estable, según tú, y lo que pase alrededor no es de tu incumbencia porque tú batallas todos los días por trabajar y buscar cómo llevar dinero a la casa para alimentar a tu familia.

Quédate sentado y no hagas nada… al cabo ya eres feliz.