/ martes 14 de enero de 2020

Casa de las ideas | Bienestar, quimera de la 4T

“Bienestar: Comodidad, vida fácil, holgada. El bienestar es sinónimo de euforia, y lo opuesto a malestar”

De acuerdo con una interpretación libre y razonable de la definición que nos ofrecen los dicionarios, y hablando en lo que respecta a los seres humanos, el bienestar representa un estado de satisfacción física o mental. La noción de “bienestar” se refiere al conjunto de cosas que se necesitan para vivir bien. Dinero para satisfacer las necesidades materiales, salud, tiempo para la recreación, el ocio, y las relaciones afectivas sanas, son algunas de las cuestiones que conducen eventualmente al bienestar de una persona.

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Concebir el bienestar de una manera equivocada y poco precisa, es tan peligroso como común en nuestra especie (particularmente en México), y sólo a través de la aceptación de nuestras límitaciones y equivocaciones podemos librarnos de esta forma tan especial de encarcelamiento. El ejemplo más gráfico es el de las personas que consideran necesario estar en pareja para sentirse felices, y nunca lo consiguen. Dado que no se detienen a buscar la razón por la cual no pueden estar solas, sus relaciones no las satisfacen por mucho tiempo y adjudican los errores al otro. Cabe mencionar que se entiende por “salud” a un estado de completo bienestar, tanto físico como mental, a nivel personal y en un más amplio contexto social. Por lo tanto, se trata de “la fórmula” para obtener el buen funcionamiento de la actividad psíquica y somática, o sea, de la mente y del cuerpo.

Los ideólogos trasnochados y los chamanes curanderos que han diseñado las estrategias de profundo corte populista para el Gobierno de la 4T, decidieron que el término “Bienestar” serviría como vehículo perfecto para encuadrar algunos de los programas de corte social, con un fondo eminente y eminentemente clientelar y electorero. Y de esta manera, “Bienestar” se convirtió en la piedra filosofal, en la vara mágica con la que se habrá de transformar la situación de miseria, pobreza y limitaciones en que viven millones de mexicanos, prácticamente la mitad de los habitantes de este país.

Por lo tanto, encontramos el término “Bienestar” relacionado con la compleja red de programas y acciones, mediante las cuales el nuevo régimen pretende convertir a esos millones de mexicanos en clientes dóciles y mentalmente condicionados, sometidos a sus perversos y no menos siniestros planes y proyectos de permanencia en el poder, de ser posible por tiempo indefinido. Pero además de estos propósitos, que en múltiples espacios han sido identificados y expuestos ampliamente por los más serios y destacados analistas y estudiosos del devenir nacional, en esa compleja maraña de programas y acciones de corte profundamente populista se localizan las células cancerosas de las aborrecibles y temibles hermanitas siamesas: la corrupción y la impunidad, cuyo combate y eventual erradicación representaron la principal bandera electoral de López Obrador.

Mencionaré los programas insignia del sistema “Bienestar”, simplemente para que el lector los identifique, y reflexione acerca de los resultados obtenidos en ellos -en caso de los haya- durante el tiempo que lleva la 4T desarrollándolos.

• Programa de apoyo para el Bienestar de los hijos de Madres Trabajadoras.

• Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores (Programa de Pensiones para Adultos Mayores).

• Programa de Fomento a la Economía Social.

• Programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

• Programa de Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad.

• Programa Sembrando Vida.

• Programa 3 X 1 para Migrantes.

• Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas.

• Programa de Coinversión Social.

• Programa de Desarrollo de las Zonas Prioritarias.

• Programa de Abasto Rural de Diconsa.

• Programa de Empleo Temporal.

• Programa de Estancias Infantiles.

• Programa del Fondo Nacional para Fomento de las Artesanías.

• Programa de Abasto Social de Leche Liconsa.

• Programa “Prospera” de Inclusión Social.

• Programa Seguro de Vida para Jefas de Familia.

• Programa de Vinculación Productiva de Personas Adultas Mayores.

¿Ha servido este conjunto de programas para modificar las condiciones de pobreza y marginación en que vive el 50% de los mexicanos? ¿Hay evidencias, claras e irrefutables, de su funcionalidad y eficacia? ¿O, por el contrario, han resultado ser un fiasco costosísimo y engañoso, que jamás producirá los frutos esperados por tantos seres humanos que, en pleno siglo XXI, creen todavía en la milagrería de los merolicos?

Al anterior listado de programas habría que agregar el Instituto de Salud para el Bienestar (el inefable Insabi) que ha generado vendavales tremendos desde el primer momento de su entrada en operación, y cuyo titular es Juan Ferrer, que seguramente no se las acaba con el desmadre que se ha armado.

Aunque el presidente López ha declarado públicamente que “no es obligatorio que las entidades federativas firmen el convenio con el Insabi”, el hecho es que hasta el momento son seis gobernadores los que se han negado a firmar el convenio, argumentando la falta de reglas de operación, que supuestamente se darán a conocer hasta por allá en el mes de junio. Esos gobernadores son: Martín Orozco (PAN, Aguscalientes), Diego Sinhue (PAN, Guanajuato), Francisco García (PAN, Tamaulipas), Francisco Domínguez (PAN, Querétaro), Carlos Mendoza (PAN, Baja California Sur), y Enrique Alfaro (MC, Jalisco). A los anteriores pudieran sumarse próximanente el Gobernador de Durango y de alguna otra entidad. Dichas entiodades seguirán operando bajo el Seguro Popular y sus reglas, en tanto que persista la ausencia de reglamentos operativos.

¿Y por qué digo que “Bienestar” es una quimera de la 4T? Porque en ningún país del mundo, en ninguna época pasada o reciente, los problemas de pobreza y marginación del pueblo han podido ser resueltos a base de políticas populistas que, en vez de generar fuentes de trabajo estables y razonablemente bien pagadas, se dedican a regalar dinero y bienes materiales a la gente, a la que castran cívicamente, privándola por completo de inciativa personal. Y López y su 4T están aferrados a estas añejas, improductivas y perniciosas políticas asistencialistas y clientelares, que jamás han funcionado en ningún lugar.

Pero debemos entender que ese quimérico proyecto de López y su 4T, antes de probar su fracaso y lo absurdo de sus mecanismos, puede hundir definitivamente al país y a cuantos habitamos en él. Y eso es lo que nos debe mantener en un estado de alerta permanente, entregados en cuerpo, alma y corazón a la lucha sin cuartel contra un régimen que, aunque desde luego jamás lo reconocerá, tiene como finalidad acabar con todo, las instituciones y el andamiaje democrático, que a base de sangre, sudor y lágrimas, construyeron y nos heredaron generaciones enteras de mexicanos.

El mercachifle envejecido que anuncia y vende sus remedios milagrosos en las calles y plazas de los poblados y ciudades del país, conoce muy bien su oficio, lo ha practicado y depurado durante dos décadas, y sabe utilizar magistralmemte el doble lenguaje de los rufianes, como herramienta para convencer a los incautos de que compren las pócimas mágicas que lo curan todo, desde el mal de amores y la piorrea, hasta el estreñimiento crónico, y desde luego, la pobreza y sus dramáticos efectos.

Total, mientras haya clientes bobos que se dejen convencer, y que se las compren…

e- mail: oscar.romo@casadelasideas.com

Twitter: @ChapoRomo

“Bienestar: Comodidad, vida fácil, holgada. El bienestar es sinónimo de euforia, y lo opuesto a malestar”

De acuerdo con una interpretación libre y razonable de la definición que nos ofrecen los dicionarios, y hablando en lo que respecta a los seres humanos, el bienestar representa un estado de satisfacción física o mental. La noción de “bienestar” se refiere al conjunto de cosas que se necesitan para vivir bien. Dinero para satisfacer las necesidades materiales, salud, tiempo para la recreación, el ocio, y las relaciones afectivas sanas, son algunas de las cuestiones que conducen eventualmente al bienestar de una persona.

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Concebir el bienestar de una manera equivocada y poco precisa, es tan peligroso como común en nuestra especie (particularmente en México), y sólo a través de la aceptación de nuestras límitaciones y equivocaciones podemos librarnos de esta forma tan especial de encarcelamiento. El ejemplo más gráfico es el de las personas que consideran necesario estar en pareja para sentirse felices, y nunca lo consiguen. Dado que no se detienen a buscar la razón por la cual no pueden estar solas, sus relaciones no las satisfacen por mucho tiempo y adjudican los errores al otro. Cabe mencionar que se entiende por “salud” a un estado de completo bienestar, tanto físico como mental, a nivel personal y en un más amplio contexto social. Por lo tanto, se trata de “la fórmula” para obtener el buen funcionamiento de la actividad psíquica y somática, o sea, de la mente y del cuerpo.

Los ideólogos trasnochados y los chamanes curanderos que han diseñado las estrategias de profundo corte populista para el Gobierno de la 4T, decidieron que el término “Bienestar” serviría como vehículo perfecto para encuadrar algunos de los programas de corte social, con un fondo eminente y eminentemente clientelar y electorero. Y de esta manera, “Bienestar” se convirtió en la piedra filosofal, en la vara mágica con la que se habrá de transformar la situación de miseria, pobreza y limitaciones en que viven millones de mexicanos, prácticamente la mitad de los habitantes de este país.

Por lo tanto, encontramos el término “Bienestar” relacionado con la compleja red de programas y acciones, mediante las cuales el nuevo régimen pretende convertir a esos millones de mexicanos en clientes dóciles y mentalmente condicionados, sometidos a sus perversos y no menos siniestros planes y proyectos de permanencia en el poder, de ser posible por tiempo indefinido. Pero además de estos propósitos, que en múltiples espacios han sido identificados y expuestos ampliamente por los más serios y destacados analistas y estudiosos del devenir nacional, en esa compleja maraña de programas y acciones de corte profundamente populista se localizan las células cancerosas de las aborrecibles y temibles hermanitas siamesas: la corrupción y la impunidad, cuyo combate y eventual erradicación representaron la principal bandera electoral de López Obrador.

Mencionaré los programas insignia del sistema “Bienestar”, simplemente para que el lector los identifique, y reflexione acerca de los resultados obtenidos en ellos -en caso de los haya- durante el tiempo que lleva la 4T desarrollándolos.

• Programa de apoyo para el Bienestar de los hijos de Madres Trabajadoras.

• Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores (Programa de Pensiones para Adultos Mayores).

• Programa de Fomento a la Economía Social.

• Programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

• Programa de Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad.

• Programa Sembrando Vida.

• Programa 3 X 1 para Migrantes.

• Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas.

• Programa de Coinversión Social.

• Programa de Desarrollo de las Zonas Prioritarias.

• Programa de Abasto Rural de Diconsa.

• Programa de Empleo Temporal.

• Programa de Estancias Infantiles.

• Programa del Fondo Nacional para Fomento de las Artesanías.

• Programa de Abasto Social de Leche Liconsa.

• Programa “Prospera” de Inclusión Social.

• Programa Seguro de Vida para Jefas de Familia.

• Programa de Vinculación Productiva de Personas Adultas Mayores.

¿Ha servido este conjunto de programas para modificar las condiciones de pobreza y marginación en que vive el 50% de los mexicanos? ¿Hay evidencias, claras e irrefutables, de su funcionalidad y eficacia? ¿O, por el contrario, han resultado ser un fiasco costosísimo y engañoso, que jamás producirá los frutos esperados por tantos seres humanos que, en pleno siglo XXI, creen todavía en la milagrería de los merolicos?

Al anterior listado de programas habría que agregar el Instituto de Salud para el Bienestar (el inefable Insabi) que ha generado vendavales tremendos desde el primer momento de su entrada en operación, y cuyo titular es Juan Ferrer, que seguramente no se las acaba con el desmadre que se ha armado.

Aunque el presidente López ha declarado públicamente que “no es obligatorio que las entidades federativas firmen el convenio con el Insabi”, el hecho es que hasta el momento son seis gobernadores los que se han negado a firmar el convenio, argumentando la falta de reglas de operación, que supuestamente se darán a conocer hasta por allá en el mes de junio. Esos gobernadores son: Martín Orozco (PAN, Aguscalientes), Diego Sinhue (PAN, Guanajuato), Francisco García (PAN, Tamaulipas), Francisco Domínguez (PAN, Querétaro), Carlos Mendoza (PAN, Baja California Sur), y Enrique Alfaro (MC, Jalisco). A los anteriores pudieran sumarse próximanente el Gobernador de Durango y de alguna otra entidad. Dichas entiodades seguirán operando bajo el Seguro Popular y sus reglas, en tanto que persista la ausencia de reglamentos operativos.

¿Y por qué digo que “Bienestar” es una quimera de la 4T? Porque en ningún país del mundo, en ninguna época pasada o reciente, los problemas de pobreza y marginación del pueblo han podido ser resueltos a base de políticas populistas que, en vez de generar fuentes de trabajo estables y razonablemente bien pagadas, se dedican a regalar dinero y bienes materiales a la gente, a la que castran cívicamente, privándola por completo de inciativa personal. Y López y su 4T están aferrados a estas añejas, improductivas y perniciosas políticas asistencialistas y clientelares, que jamás han funcionado en ningún lugar.

Pero debemos entender que ese quimérico proyecto de López y su 4T, antes de probar su fracaso y lo absurdo de sus mecanismos, puede hundir definitivamente al país y a cuantos habitamos en él. Y eso es lo que nos debe mantener en un estado de alerta permanente, entregados en cuerpo, alma y corazón a la lucha sin cuartel contra un régimen que, aunque desde luego jamás lo reconocerá, tiene como finalidad acabar con todo, las instituciones y el andamiaje democrático, que a base de sangre, sudor y lágrimas, construyeron y nos heredaron generaciones enteras de mexicanos.

El mercachifle envejecido que anuncia y vende sus remedios milagrosos en las calles y plazas de los poblados y ciudades del país, conoce muy bien su oficio, lo ha practicado y depurado durante dos décadas, y sabe utilizar magistralmemte el doble lenguaje de los rufianes, como herramienta para convencer a los incautos de que compren las pócimas mágicas que lo curan todo, desde el mal de amores y la piorrea, hasta el estreñimiento crónico, y desde luego, la pobreza y sus dramáticos efectos.

Total, mientras haya clientes bobos que se dejen convencer, y que se las compren…

e- mail: oscar.romo@casadelasideas.com

Twitter: @ChapoRomo