/ jueves 27 de octubre de 2022

Cóncavo y diverso | La pandemia aceleró el futuro

Indudablemente la pandemia de Covid-19 que inició en 2020 trajo al mundo innumerables tragedias, millones de muertes que enlutaron una cantidad igual de hogares en todo el mundo, secuelas de la enfermedad que continúan padeciendo un raudal insospechado de personas, mismas que no son detectadas con prontitud e incluso no son diagnosticadas como tales, aumentando con ello el riesgo de que las personas enfermas entren a estados de gravedad que pudieron haberse evitado.

Efectivamente, esto y más produjo tras de sí esta calamidad mundial, sin embargo, no fue todo lo que ocasionó este fenómeno epidemiológico, también provocó una avalancha de situaciones positivas, así sucede en las guerras y esto fue y sigue siendo una guerra porque si creen que ya se terminó, permítanme decirles que no es así.

Los avances médicos definitivamente los aceleró, primeramente contra la propia pandemia, los primeros tres o cuatro meses los médicos y doctoras no sabían cómo enfrentarla, qué medicamentos recetar, hubo fuertes polémicas sobre tal o cual medicina, que a unos pacientes les sirvió mucho y a otros los afectó, se realizaron congresos médicos internacionales urgentes para encontrar soluciones rápidas, y lo hicieron, además de las medicinas se elaboraron las benditas vacunas, que también han causado ardientes discusiones entre quienes están en contra y a favor de su uso, pero han salvado millones de vidas.

La evolución tecnológica debido a esta situación ha avanzado de manera exponencial y casi increíble, las plataformas digitales nos cambiaron la vida y permitieron la multiplicación del trabajo a distancia y desde el hogar, lo que abrió un nuevo espacio y una forma inédita de cumplir con las responsabilidades laborales, creándose lo que conocemos como home office, y que era impensable en tiempos previos a la pandemia.

El trabajo a distancia está produciendo una serie de transformaciones, de las cuales todavía no hemos visto el final, nuevas actividades productivas aparecen como la digitalización a gran escala, el diseño de la robótica o la interacción de operaciones con empresas en el otro lado del mundo; novedosas empresas se están creando sólo basadas en la actividad digital, desde bancos y financieras que no requieren espacios físicos, hasta laboratorios que diseñan sus fases previas de desarrollo y elaboración frente a una pantalla computacional.

Los avances tecnológicos acelerados por la pandemia, también han cambiado nuestra forma de vivir y de relacionarnos, es impensable ahora no accionar el celular y conectarnos por medio de las páginas de contacto, WhatsApp, Instagram, TikTok, Facebook y un largo etcétera que utilizamos todos los días, para trabajar, para divertirnos, para promocionar nuestros productos y servicios y a nosotros mismos.

Y qué decir de los inventos tecnológicos que van mucho más allá de nuestra imaginación y hoy son una realidad, como el robot humanoide presentado por Elon Musk hace unos días, los viajes espaciales turísticos a la Estación Espacial Internacional y alrededor del planeta, la robótica médica cuyos especímenes ya operan directamente a pacientes, todavía comandados por la mano humana, pero que tardarán en hacerlo por sí mismos.

Nuestro estilo de consumo también está cambiando, y a pasos acelerados, cuántos de nosotros ya compramos por Internet ropa, calzado, alimentos, productos de entretenimiento y servicios cotidianos, poco a poco ir al super va a caer en desuso, y nuestra forma de viajar de igual manera con el desarrollo del turismo digital, que ya es una realidad, donde a través de gafas tecnológicas podremos “sentir” que estamos recorriendo cualquier país del mundo desde nuestra casa.

Todo lo anterior y mucho más lo ocasionó la pandemia de Covid-19, lo que nos permite ver que, de lo indeseable, surgen nuevas posibilidades que nos permiten evolucionar.


Indudablemente la pandemia de Covid-19 que inició en 2020 trajo al mundo innumerables tragedias, millones de muertes que enlutaron una cantidad igual de hogares en todo el mundo, secuelas de la enfermedad que continúan padeciendo un raudal insospechado de personas, mismas que no son detectadas con prontitud e incluso no son diagnosticadas como tales, aumentando con ello el riesgo de que las personas enfermas entren a estados de gravedad que pudieron haberse evitado.

Efectivamente, esto y más produjo tras de sí esta calamidad mundial, sin embargo, no fue todo lo que ocasionó este fenómeno epidemiológico, también provocó una avalancha de situaciones positivas, así sucede en las guerras y esto fue y sigue siendo una guerra porque si creen que ya se terminó, permítanme decirles que no es así.

Los avances médicos definitivamente los aceleró, primeramente contra la propia pandemia, los primeros tres o cuatro meses los médicos y doctoras no sabían cómo enfrentarla, qué medicamentos recetar, hubo fuertes polémicas sobre tal o cual medicina, que a unos pacientes les sirvió mucho y a otros los afectó, se realizaron congresos médicos internacionales urgentes para encontrar soluciones rápidas, y lo hicieron, además de las medicinas se elaboraron las benditas vacunas, que también han causado ardientes discusiones entre quienes están en contra y a favor de su uso, pero han salvado millones de vidas.

La evolución tecnológica debido a esta situación ha avanzado de manera exponencial y casi increíble, las plataformas digitales nos cambiaron la vida y permitieron la multiplicación del trabajo a distancia y desde el hogar, lo que abrió un nuevo espacio y una forma inédita de cumplir con las responsabilidades laborales, creándose lo que conocemos como home office, y que era impensable en tiempos previos a la pandemia.

El trabajo a distancia está produciendo una serie de transformaciones, de las cuales todavía no hemos visto el final, nuevas actividades productivas aparecen como la digitalización a gran escala, el diseño de la robótica o la interacción de operaciones con empresas en el otro lado del mundo; novedosas empresas se están creando sólo basadas en la actividad digital, desde bancos y financieras que no requieren espacios físicos, hasta laboratorios que diseñan sus fases previas de desarrollo y elaboración frente a una pantalla computacional.

Los avances tecnológicos acelerados por la pandemia, también han cambiado nuestra forma de vivir y de relacionarnos, es impensable ahora no accionar el celular y conectarnos por medio de las páginas de contacto, WhatsApp, Instagram, TikTok, Facebook y un largo etcétera que utilizamos todos los días, para trabajar, para divertirnos, para promocionar nuestros productos y servicios y a nosotros mismos.

Y qué decir de los inventos tecnológicos que van mucho más allá de nuestra imaginación y hoy son una realidad, como el robot humanoide presentado por Elon Musk hace unos días, los viajes espaciales turísticos a la Estación Espacial Internacional y alrededor del planeta, la robótica médica cuyos especímenes ya operan directamente a pacientes, todavía comandados por la mano humana, pero que tardarán en hacerlo por sí mismos.

Nuestro estilo de consumo también está cambiando, y a pasos acelerados, cuántos de nosotros ya compramos por Internet ropa, calzado, alimentos, productos de entretenimiento y servicios cotidianos, poco a poco ir al super va a caer en desuso, y nuestra forma de viajar de igual manera con el desarrollo del turismo digital, que ya es una realidad, donde a través de gafas tecnológicas podremos “sentir” que estamos recorriendo cualquier país del mundo desde nuestra casa.

Todo lo anterior y mucho más lo ocasionó la pandemia de Covid-19, lo que nos permite ver que, de lo indeseable, surgen nuevas posibilidades que nos permiten evolucionar.