/ martes 19 de marzo de 2024

En Medio de los Medios | El rating; alucinación colectiva

Rating es una palabra que de inmediato nos remite al éxito o no de un programa de televisión o radio. Las diversas formas que existen para medir la popularidad de una emisión que está siendo o fue transmitida, se basan, todavía, en una metodología que data de hace 40 años; aunque a últimas fechas, las empresas medidoras de audiencia, han incluido al impacto de los contenidos derivados de las emisiones airadas para “promediar” el indicador de nivel de televidentes.

Solamente hay dos empresas en México, que miden los niveles de audiencia televisiva; HR Ratings y Nielsen-Ibope, esta última se vio envuelta en un escándalo con TV Azteca, en el año 2012, cuando la televisora del magnate Ricardo Salinas acusó a Ibope-AGM de alterar su base de datos, lo que vulneraba los indicadores de rating de la programación de los canales 13 y 7.

¿Qué sucede a nivel local en el rating televisivo?

Les comparto una breve historia: de 1991 a 2002 laboré, primero como practicante, hasta llegar al puesto de productor, en Telemax, el canal que explota una concesión comercial y que desde 1984, sus acciones, pertenecen al Gobierno del Estado.

La televisora, también conocida entre los hermosillenses, como “El canal 6”, ofrecía una amplia gama de contenidos en su programación, desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la noche; incluyendo programas de revista, barras de televisión educativa, noticieros, eventos deportivos, emisiones unitarias, y programas enlatados de distintos distribuidores.

Era común, que en aquel entonces, y les hablo de inicios de los años 90, algunas figuras de la pantalla, no solamente de Telemax sino también de Canal 12, filial de Televisa en la capital sonorense, destacaban en su popularidad con los televidentes que sintonizaban gran parte del día, cualesquiera de las dos únicas opciones de televisión local que existían en la capital sonorense.

Muchos y muchas de esas figuras televisivas, presumían en los pasillos y en la mínima oportunidad que tenían,del ser los reyes y reinas del rating; yo, la verdad les creía porque no tenía otro indicador de realidad más allá de lo que se comentaba que fulana o fulano eran los punteros de la audiencia…pero no era así.

En 1997, tuve oportunidad de conocer de cerca la forma real de hacer televisión, al estar por un breve período en la entonces incipiente TV Azteca. Recuerdo que cada día en punto de las 12 horas, todos los productores comenzaban a temblar y a manifestar un nerviosismo más allá de lo habitual, porque estaban por entregar la hoja del rating del día anterior.

La datos de la medición, venían en gran parte del famoso panel que las empresas medidoras de rating, tenían establecido. En el caso de Ibope, se conocía que al menos 2700 personas, distribuidas estratégicamente tomando en cuenta factores económicos, geográficos y otros, tenían en su casa, un sistema llamado People Meters, que registraban el comportamiento de los y las televidentes, durante el día, acumulando información sobre la permanencia en cierto canal de televisión, qué programas fueron los que sintonizaron por más tiempo y en qué horario.

Cada día, una persona con una especie de scaner, recogía la información del People Meter instalado en el hogar; importante es aclarar, que los usuarios del People Meter, no reciben pago alguno y las televisoras no tienen la información exacta de la identidad de las personas o ubicación del domicilio donde se instalaba el dispositivo.

Pero regresemos al momento en el que el reporte de rating llegaba al canal. Cada punto de rating, significaba en ese entonces, una audiencia de 100 mil personas. 10 mil espectadores, solamente significaba el 0.1 de un punto de rating, pero había otra cifra interesante cuyo indicador se llama Share, que en traducción al español, significa: compartir.

El Share, se refiere al total de la audiencia o número de televidentes, en un momento determinado de la programación y define la competencia frente a otras emisiones que se transmiten simultáneamente en otros canales, en pocas palabras, el Share determina el potencial de captación de televidentes, y el liderazgo que puede representar un determinado programa, frente a su competencia.

En ese entonces, en TV Azteca, si lograbas doblar el número del Share, había un bono especial para la producción del programa; por otro lado, si el número de rating estaba sin cambio o tendía a ser negativo, las consecuencias podrían ser muy serias.

Pero ¿qué sucedía con el rating en las televisoras locales? Lamento decirles nunca vi una hoja de rating como tal, las vine a conocer en TV Azteca. Entonces, toda aquella presunción de directivos, productores y figuras de pantalla con respecto a su alto rating, solamente era una alucinación colectiva, porque ser popular en pantalla es una cosa, pero ser medido, es otra y eso no sucede a diario en la televisión sonorense.

Ahora, los contenidos en plataformas digitales, nos dan al instante toda la información sobre el perfil de quien lo consume; desde su geolocalización, situación económica, costumbres y otros indicadores que ayudan a perfilar acertadamente el contenido.

Las empresas medidoras de rating, han mejorado la obtención de información sobre las audiencias, pero aún carecen de la velocidad que las plataformas digitales ofrecen…en pocas palabras, se quedaron muy lejos a pesar de que se mantienen en la lucha por reivindicar su papel en la industria.

Así que cuando alguien le diga “tengo mucho rating en mi programa” pídale el reporte y verá que no tendrá cómo demostrarlo.


Rating es una palabra que de inmediato nos remite al éxito o no de un programa de televisión o radio. Las diversas formas que existen para medir la popularidad de una emisión que está siendo o fue transmitida, se basan, todavía, en una metodología que data de hace 40 años; aunque a últimas fechas, las empresas medidoras de audiencia, han incluido al impacto de los contenidos derivados de las emisiones airadas para “promediar” el indicador de nivel de televidentes.

Solamente hay dos empresas en México, que miden los niveles de audiencia televisiva; HR Ratings y Nielsen-Ibope, esta última se vio envuelta en un escándalo con TV Azteca, en el año 2012, cuando la televisora del magnate Ricardo Salinas acusó a Ibope-AGM de alterar su base de datos, lo que vulneraba los indicadores de rating de la programación de los canales 13 y 7.

¿Qué sucede a nivel local en el rating televisivo?

Les comparto una breve historia: de 1991 a 2002 laboré, primero como practicante, hasta llegar al puesto de productor, en Telemax, el canal que explota una concesión comercial y que desde 1984, sus acciones, pertenecen al Gobierno del Estado.

La televisora, también conocida entre los hermosillenses, como “El canal 6”, ofrecía una amplia gama de contenidos en su programación, desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la noche; incluyendo programas de revista, barras de televisión educativa, noticieros, eventos deportivos, emisiones unitarias, y programas enlatados de distintos distribuidores.

Era común, que en aquel entonces, y les hablo de inicios de los años 90, algunas figuras de la pantalla, no solamente de Telemax sino también de Canal 12, filial de Televisa en la capital sonorense, destacaban en su popularidad con los televidentes que sintonizaban gran parte del día, cualesquiera de las dos únicas opciones de televisión local que existían en la capital sonorense.

Muchos y muchas de esas figuras televisivas, presumían en los pasillos y en la mínima oportunidad que tenían,del ser los reyes y reinas del rating; yo, la verdad les creía porque no tenía otro indicador de realidad más allá de lo que se comentaba que fulana o fulano eran los punteros de la audiencia…pero no era así.

En 1997, tuve oportunidad de conocer de cerca la forma real de hacer televisión, al estar por un breve período en la entonces incipiente TV Azteca. Recuerdo que cada día en punto de las 12 horas, todos los productores comenzaban a temblar y a manifestar un nerviosismo más allá de lo habitual, porque estaban por entregar la hoja del rating del día anterior.

La datos de la medición, venían en gran parte del famoso panel que las empresas medidoras de rating, tenían establecido. En el caso de Ibope, se conocía que al menos 2700 personas, distribuidas estratégicamente tomando en cuenta factores económicos, geográficos y otros, tenían en su casa, un sistema llamado People Meters, que registraban el comportamiento de los y las televidentes, durante el día, acumulando información sobre la permanencia en cierto canal de televisión, qué programas fueron los que sintonizaron por más tiempo y en qué horario.

Cada día, una persona con una especie de scaner, recogía la información del People Meter instalado en el hogar; importante es aclarar, que los usuarios del People Meter, no reciben pago alguno y las televisoras no tienen la información exacta de la identidad de las personas o ubicación del domicilio donde se instalaba el dispositivo.

Pero regresemos al momento en el que el reporte de rating llegaba al canal. Cada punto de rating, significaba en ese entonces, una audiencia de 100 mil personas. 10 mil espectadores, solamente significaba el 0.1 de un punto de rating, pero había otra cifra interesante cuyo indicador se llama Share, que en traducción al español, significa: compartir.

El Share, se refiere al total de la audiencia o número de televidentes, en un momento determinado de la programación y define la competencia frente a otras emisiones que se transmiten simultáneamente en otros canales, en pocas palabras, el Share determina el potencial de captación de televidentes, y el liderazgo que puede representar un determinado programa, frente a su competencia.

En ese entonces, en TV Azteca, si lograbas doblar el número del Share, había un bono especial para la producción del programa; por otro lado, si el número de rating estaba sin cambio o tendía a ser negativo, las consecuencias podrían ser muy serias.

Pero ¿qué sucedía con el rating en las televisoras locales? Lamento decirles nunca vi una hoja de rating como tal, las vine a conocer en TV Azteca. Entonces, toda aquella presunción de directivos, productores y figuras de pantalla con respecto a su alto rating, solamente era una alucinación colectiva, porque ser popular en pantalla es una cosa, pero ser medido, es otra y eso no sucede a diario en la televisión sonorense.

Ahora, los contenidos en plataformas digitales, nos dan al instante toda la información sobre el perfil de quien lo consume; desde su geolocalización, situación económica, costumbres y otros indicadores que ayudan a perfilar acertadamente el contenido.

Las empresas medidoras de rating, han mejorado la obtención de información sobre las audiencias, pero aún carecen de la velocidad que las plataformas digitales ofrecen…en pocas palabras, se quedaron muy lejos a pesar de que se mantienen en la lucha por reivindicar su papel en la industria.

Así que cuando alguien le diga “tengo mucho rating en mi programa” pídale el reporte y verá que no tendrá cómo demostrarlo.