Resulta curioso que en un escenario que se percibe como zozobra, los medios de comunicación electrónicos, haciendo referencia a la Radio y la Televisión, sean indiferentes con un sector poblacional, que ya viene de nacimiento, con un gen de consumo de contenidos en pantalla, que sorprende a quienes ya somos adultos.
La Televisión y la Radio, disminuyeron, sin llegar a la extinción, la cantidad de programas dedicados a las audiencias infantiles. Algunos iban desde contenidos netamente culturales y otros dedicados al esparcimiento y los concursos de talento y deportivos.
¿Por qué la Generación Z representa una oportunidad para cautivar nuevas audiencias?
La respuesta podría ser: el ánimo de descubrimiento que esta generación representa y manifiesta. Niños menores de 12 años son capaces de producir sus propios contenidos, son propensos a la interacción con otros menores al momento de compartir sus videos o publicaciones; si todo ese interés, iniciativas y acciones los llevásemos a la pantalla, podríamos obtener contenidos muy interesantes.
La magia de la televisión, no se ha extinguido, solamente se ha transformado de una manera lenta pero no incorrecta. Nos sigue sorprendiendo ver en la calle a algún reportero con cámara o simplemente un teléfono inteligente adaptado para grabar y hacer una cobertura informativa. La televisión sigue moviendo fibras, pero debe ir en una misión de captar y sumar, y no lo contrario si es que quiere seguir sobreviviendo.
¿Cuál es el terreno de oportunidad que tienen los medios?
En primer lugar, deben canalizar su talento de producción hacia la generación de contenidos transmedia, que el esfuerzo no quede solamente en una entrega de 30 ó 60 minutos; deben crear conceptos entretenidos, enriquecidos visualmente con toda la gama de herramientas digitales que hacen una producción atractiva y ágil para el ojo del televidente infantil.
Se deben crear nuevas figuras; es increíble que sigamos añorando a Chabelo, Pipo, Lalo y Lagrimita, El Preguntón, El Tesoro del Saber, Plaza Sésamo, Tatiana…y los medios no sean capaces de crear, lanzar y capitalizar nuevos fenómenos de pantalla y micrófono. Talento hay, pero se debe encaminar y echar mano de las nuevas generaciones de comunicólogos que se están preparando en las aulas.
Concluyo diciendo: La Generación Z puede marcar la diferencia en el futuro de la Radio y la Televisión.
