/ viernes 28 de enero de 2022

Casos y cosas de la experiencia | Arcoíris y tormenta

Visualicé, desde mi sillón, a algunas parejas a las que he acompañado y las historias que me han contado. Concluyo que todas ellas experimentan dificultades, eventos que les han provocado fricciones y desgastes físicos y emocionales. Creo que el origen de sus problemas es que no hablan de sus necesidades, carencias y malestares, tampoco de sus momentos de soledad, aun cuando conviven todos los días.

Esto conduce a que se abra una brecha entre los integrantes de la pareja, y el distanciamiento va creciendo más cada día, y repercute en todas las áreas: convivencia diaria, sexualidad, decepción por expectativas no cubiertas, enojos no procesados ni comunicados, deseo de sentirse amado, aceptado y correspondido. Como podemos apreciar, la falta de comunicación honesta y sincera acarrea problemas; entonces, ambos toman decisiones por separado y con rumbo diferente, de acuerdo con su percepción de las cosas que le suceden. Por tanto, la relación se sustenta en suposiciones y provoca un desgaste tremendo. Puede ocurrir que estas interpretaciones o supuestos perjudiquen el compromiso mutuo y generen una cascada de problemas.

Definitivamente, la integración de la pareja ha evolucionado, por tanto existen varias formas de relacionarnos, y cada una encierra desafíos. Hay preguntas que pueden ser útiles para explorar nuestra relación actual de pareja o el deseo de integrar una. Por ejemplo, ¿qué nos motiva a hacerlo?; ¿cuáles son los pilares que la sustentarán, y los puntos clave para asegurar su buen funcionamiento?; ¿qué aspectos son negociables?

Ahora recuerdo un par de historias que se establecieron con criterios claros y definidos en conjunto, pero se diluyeron después de un tiempo. Al analizar las causas de ello, por supuesto que podemos identificar las razones que fueron desgastando la relación, y que ambas partes perdieron de vista. Las personas y las relaciones no son estáticas, por ello es importante darnos tiempo para revisar la razón de ser de una pareja. ¿Para qué queremos ser parte de una?; ¿cuáles son las necesidades y las expectativas respecto a la relación? Es decir, las motivaciones individuales: autoafirmación, necesidad sexual, anhelos legítimos, puro gusto o una manera de escapismo, entre otras. También se pueden gestar alicientes hacia el interior de la relación: la necesidad de afecto, sentirse escuchado, atendido, comprendido, acompañado, sumar amor para sentirse pleno(a).

Como podemos apreciar, la vida cambia constantemente, y la pareja está inmersa en una vorágine de transformaciones. Por consiguiente, ésta vive y experimenta acomodos físicos, emocionales, espirituales, intelectuales, sexuales, económicos y familiares, entre otros tantos. Este proceso de ajuste demanda inteligencia y creatividad para sortear momentos de tensión, ansiedad, incertidumbre, complejidad, ambigüedad y temor a no librar bien el encuentro entre dos.

En resumidas cuentas, al iniciar una relación de pareja es preciso establecer los límites de intimidad y compromisos que fortalecerán las interacciones. También es pertinente asegurar el vínculo que se establece, porque implica renunciar a algo para crecer juntos. La constante en una relación son los ajustes o reacomodos, para asegurar el buen amor y funcionamiento de la pareja.

La construcción de una pareja es una obra vital y significativa que requiere revisar los roles, argumentos, aciertos y defectos, proyectos individuales y conjuntos de los integrantes, entre otras cosas, que se requieran para que ellos estén fuertes y sean flexibles ante los embates del entorno y de la relación misma. Revitalizar la interacción demanda comunicación, confianza, colaboración, compromiso, creatividad y responsabilidad.

Como señala Esther Perel: “Cuando eliges un compañero, eliges una historia. Entonces, ¿qué tipo de historia vas a escribir?”. Es escribir una historia a dos corazones, dos manos y una inteligencia emocional conjunta.

Quiero expresar que te quiero como eres. Sé que no respondes a todas mis expectativas, no cumples mis sueños, ni cubres todas mis necesidades, no obstante celebro tu realidad: eres como eres, y así lo elegí. Seguiremos indagando en este universo que es la pareja.


Visualicé, desde mi sillón, a algunas parejas a las que he acompañado y las historias que me han contado. Concluyo que todas ellas experimentan dificultades, eventos que les han provocado fricciones y desgastes físicos y emocionales. Creo que el origen de sus problemas es que no hablan de sus necesidades, carencias y malestares, tampoco de sus momentos de soledad, aun cuando conviven todos los días.

Esto conduce a que se abra una brecha entre los integrantes de la pareja, y el distanciamiento va creciendo más cada día, y repercute en todas las áreas: convivencia diaria, sexualidad, decepción por expectativas no cubiertas, enojos no procesados ni comunicados, deseo de sentirse amado, aceptado y correspondido. Como podemos apreciar, la falta de comunicación honesta y sincera acarrea problemas; entonces, ambos toman decisiones por separado y con rumbo diferente, de acuerdo con su percepción de las cosas que le suceden. Por tanto, la relación se sustenta en suposiciones y provoca un desgaste tremendo. Puede ocurrir que estas interpretaciones o supuestos perjudiquen el compromiso mutuo y generen una cascada de problemas.

Definitivamente, la integración de la pareja ha evolucionado, por tanto existen varias formas de relacionarnos, y cada una encierra desafíos. Hay preguntas que pueden ser útiles para explorar nuestra relación actual de pareja o el deseo de integrar una. Por ejemplo, ¿qué nos motiva a hacerlo?; ¿cuáles son los pilares que la sustentarán, y los puntos clave para asegurar su buen funcionamiento?; ¿qué aspectos son negociables?

Ahora recuerdo un par de historias que se establecieron con criterios claros y definidos en conjunto, pero se diluyeron después de un tiempo. Al analizar las causas de ello, por supuesto que podemos identificar las razones que fueron desgastando la relación, y que ambas partes perdieron de vista. Las personas y las relaciones no son estáticas, por ello es importante darnos tiempo para revisar la razón de ser de una pareja. ¿Para qué queremos ser parte de una?; ¿cuáles son las necesidades y las expectativas respecto a la relación? Es decir, las motivaciones individuales: autoafirmación, necesidad sexual, anhelos legítimos, puro gusto o una manera de escapismo, entre otras. También se pueden gestar alicientes hacia el interior de la relación: la necesidad de afecto, sentirse escuchado, atendido, comprendido, acompañado, sumar amor para sentirse pleno(a).

Como podemos apreciar, la vida cambia constantemente, y la pareja está inmersa en una vorágine de transformaciones. Por consiguiente, ésta vive y experimenta acomodos físicos, emocionales, espirituales, intelectuales, sexuales, económicos y familiares, entre otros tantos. Este proceso de ajuste demanda inteligencia y creatividad para sortear momentos de tensión, ansiedad, incertidumbre, complejidad, ambigüedad y temor a no librar bien el encuentro entre dos.

En resumidas cuentas, al iniciar una relación de pareja es preciso establecer los límites de intimidad y compromisos que fortalecerán las interacciones. También es pertinente asegurar el vínculo que se establece, porque implica renunciar a algo para crecer juntos. La constante en una relación son los ajustes o reacomodos, para asegurar el buen amor y funcionamiento de la pareja.

La construcción de una pareja es una obra vital y significativa que requiere revisar los roles, argumentos, aciertos y defectos, proyectos individuales y conjuntos de los integrantes, entre otras cosas, que se requieran para que ellos estén fuertes y sean flexibles ante los embates del entorno y de la relación misma. Revitalizar la interacción demanda comunicación, confianza, colaboración, compromiso, creatividad y responsabilidad.

Como señala Esther Perel: “Cuando eliges un compañero, eliges una historia. Entonces, ¿qué tipo de historia vas a escribir?”. Es escribir una historia a dos corazones, dos manos y una inteligencia emocional conjunta.

Quiero expresar que te quiero como eres. Sé que no respondes a todas mis expectativas, no cumples mis sueños, ni cubres todas mis necesidades, no obstante celebro tu realidad: eres como eres, y así lo elegí. Seguiremos indagando en este universo que es la pareja.