/ viernes 16 de febrero de 2024

Casos y cosas de la experiencia | Encuentros en el camino

Eres la persona correcta, en el momento perfecto y en el corazón adecuado.

La mañana está fresca, y el sol aparece lentamente en el horizonte mientras voy a mi trabajo en la universidad. Cuando me detuve a comprar un café, surgió la idea para este artículo. Recordé la imagen de varias parejas en proceso de ajuste cotidiano. Algunas viven intensamente en conflicto por diversas razones, otras porque se encuentran cerrando ciclos. Cualquiera que sea la razón, es vital estar atentos a los cambios cotidianos, y es preciso abordarlos.

Les invito a mirar en retrospectiva, a ubicarse en el momento que conocieron a su pareja; y eligieron y decidieron constituirse como tal. ¿Recuerdan la emoción, el sentimiento que experimentaron y las preguntas que querían plantearse con el propósito de conocerse? ¿Recuerdan su canción y película favorita; de lo que charlaban?, ¿y cómo se veían juntos a futuro? Llegó el momento de elegir y vivir juntos, acorde con ciertas reglas sociales, e iniciar otra etapa de la vida en pareja. Cuando el tiempo transcurre nos llenamos de actividades, cumplimos determinados roles, nos ocupamos más y más. Lo que resultaba novedoso se fue desvaneciendo, y dejamos de atender y conocer más al otro. Las preguntas que nos hicimos perdieron prioridad, surgieron deseos nuevos, modificamos los objetivos individuales y comunes, y evolucionaron las demás cosas que deseábamos realizar. Los espacios físicos y emocionales se fueron ampliando afectando así la relación.

Nos olvidamos de nosotros y de la pareja. ¿Dónde quedó la curiosidad por conocernos, por apoyar nuestros sueños, y ese interés por sacar la mejor versión de cada uno? Es preciso reconocer que cambiamos con los años, y nos vamos sumergiendo en otras responsabilidades. Los invito a retomar el proceso de conocimiento una y otra vez, porque cambiamos en lo particular y como pareja.

Estas dos personas que caminan juntas por la vida tendrán retos y desafíos, y se necesitan para salir exitosos de todo. Por consiguiente, el primer paso para conectar con el otro es conocerlo; saber quién es y permitirle que te conozca. La forma idónea es realizar preguntas acerca de su mundo interior. La estrategia es dibujar mapas del amor, es decir, llegar a conocer esperanzas, sueños, sistema de creencias, miedos, deseos y necesidades del otro. Esto mantendrá actualizo el conocimiento y las expectativas de ambos.

Formula preguntas abiertas, ya que eso permite conocer más, y se puede hacer a diario. Por ejemplo: ¿cuál es tu sueño; cuáles son tus miedos; cómo es tu relación con el dinero? Preguntas como estas conducen a dibujar el verdadero mapa del amor. La mayoría de los conflictos no se deben a la personalidad de cada uno, giran en torno a los valores, sueños, a la historia individual o a la generación a la que pertenecen. Cuanto más se conozca la pareja, mejor se entenderá, y aprenderá de los antecedentes individuales, para crear la historia común.

Estas preguntas contribuirán a ampliar el conocimiento de los integrantes de la pareja: ¿qué has cambiado en el último año? ¿Existe algún sueño no cumplido en tu vida? ¿Cuáles son tus sueños actuales? Menciona las habilidades que te gustaría tener mañana, al despertar. Si pudieras diseñar nuestra casa ideal, ¿qué aspecto tendría? Comparte cinco películas que hayan influido en tu vida. Al hacer cada pregunta puedes utilizar puntos pivote, para estimular la conversación, por ejemplo: cuéntame más sobre eso; cuéntame sobre esa historia; ¿cómo te sentiste cuando viviste esa experiencia?, etcétera. Lo anterior implica ser cuidadoso con las preguntas, valorar y validar lo que se comparte. Promueven encuentros para favorecer la relación y agradecer al otro lo que hace por seguir adelante, y juntos en el camino.

Así podrías concluir que eres la persona correcta, en el momento perfecto y en el corazón adecuado.

Por un mundo de esperanza y paz. Buen fin de semana. Año 2024

Eres la persona correcta, en el momento perfecto y en el corazón adecuado.

La mañana está fresca, y el sol aparece lentamente en el horizonte mientras voy a mi trabajo en la universidad. Cuando me detuve a comprar un café, surgió la idea para este artículo. Recordé la imagen de varias parejas en proceso de ajuste cotidiano. Algunas viven intensamente en conflicto por diversas razones, otras porque se encuentran cerrando ciclos. Cualquiera que sea la razón, es vital estar atentos a los cambios cotidianos, y es preciso abordarlos.

Les invito a mirar en retrospectiva, a ubicarse en el momento que conocieron a su pareja; y eligieron y decidieron constituirse como tal. ¿Recuerdan la emoción, el sentimiento que experimentaron y las preguntas que querían plantearse con el propósito de conocerse? ¿Recuerdan su canción y película favorita; de lo que charlaban?, ¿y cómo se veían juntos a futuro? Llegó el momento de elegir y vivir juntos, acorde con ciertas reglas sociales, e iniciar otra etapa de la vida en pareja. Cuando el tiempo transcurre nos llenamos de actividades, cumplimos determinados roles, nos ocupamos más y más. Lo que resultaba novedoso se fue desvaneciendo, y dejamos de atender y conocer más al otro. Las preguntas que nos hicimos perdieron prioridad, surgieron deseos nuevos, modificamos los objetivos individuales y comunes, y evolucionaron las demás cosas que deseábamos realizar. Los espacios físicos y emocionales se fueron ampliando afectando así la relación.

Nos olvidamos de nosotros y de la pareja. ¿Dónde quedó la curiosidad por conocernos, por apoyar nuestros sueños, y ese interés por sacar la mejor versión de cada uno? Es preciso reconocer que cambiamos con los años, y nos vamos sumergiendo en otras responsabilidades. Los invito a retomar el proceso de conocimiento una y otra vez, porque cambiamos en lo particular y como pareja.

Estas dos personas que caminan juntas por la vida tendrán retos y desafíos, y se necesitan para salir exitosos de todo. Por consiguiente, el primer paso para conectar con el otro es conocerlo; saber quién es y permitirle que te conozca. La forma idónea es realizar preguntas acerca de su mundo interior. La estrategia es dibujar mapas del amor, es decir, llegar a conocer esperanzas, sueños, sistema de creencias, miedos, deseos y necesidades del otro. Esto mantendrá actualizo el conocimiento y las expectativas de ambos.

Formula preguntas abiertas, ya que eso permite conocer más, y se puede hacer a diario. Por ejemplo: ¿cuál es tu sueño; cuáles son tus miedos; cómo es tu relación con el dinero? Preguntas como estas conducen a dibujar el verdadero mapa del amor. La mayoría de los conflictos no se deben a la personalidad de cada uno, giran en torno a los valores, sueños, a la historia individual o a la generación a la que pertenecen. Cuanto más se conozca la pareja, mejor se entenderá, y aprenderá de los antecedentes individuales, para crear la historia común.

Estas preguntas contribuirán a ampliar el conocimiento de los integrantes de la pareja: ¿qué has cambiado en el último año? ¿Existe algún sueño no cumplido en tu vida? ¿Cuáles son tus sueños actuales? Menciona las habilidades que te gustaría tener mañana, al despertar. Si pudieras diseñar nuestra casa ideal, ¿qué aspecto tendría? Comparte cinco películas que hayan influido en tu vida. Al hacer cada pregunta puedes utilizar puntos pivote, para estimular la conversación, por ejemplo: cuéntame más sobre eso; cuéntame sobre esa historia; ¿cómo te sentiste cuando viviste esa experiencia?, etcétera. Lo anterior implica ser cuidadoso con las preguntas, valorar y validar lo que se comparte. Promueven encuentros para favorecer la relación y agradecer al otro lo que hace por seguir adelante, y juntos en el camino.

Así podrías concluir que eres la persona correcta, en el momento perfecto y en el corazón adecuado.

Por un mundo de esperanza y paz. Buen fin de semana. Año 2024