/ viernes 3 de enero de 2020

Casos y cosas de la experiencia | En el principio…

“Más allá de cualquier ideología...

más allá de lo sabio y lo profano,

soy parte del espacio, soy la vida

por el hecho de ser un ser humano”

Soy un ser humano: A. Cortez)

Al principio de la reunión se expusieron las expectativas respecto al nuevo año, con temas relevantes: pareja, amigos, trabajo, proyectos. Cuando los comensales disfrutaban sus bebidas, charlaban agitados por la alegría del momento, Roberto tomó la palabra y dijo: “Quiero hacer un brindis especial”. Todos callaron y lo miraron.

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Roberto elevó los ojos hacia el techo de la habitación, respiró profundamente y luego expresó: “Celebro la vida y sus circunstancias porque es lo que me permite crecer personalmente, agradezco lo que disfruto hoy porque es algo que me motiva a expresarles mi alegría por estar juntos”.

Todos lo observaron con detenimiento, él los invitó a formar un círculo y tomarse de las manos para agradecer aquel instante; fue un momento de reflexión y de respeto profundo. Al terminar el agradecimiento se abrazaron para festejar el inicio del año.

En la reunión en casa, algunas personas realizaron rituales para celebrar el inicio del año. Otros festejaron, plenos de alegría y eufóricos, por estar juntos en compañía de familiares e invitados. Otros más llegaron y se integraron con el avanzar de la noche.

Se escuchaba el sonido de los móviles, la música, el murmullo de las charlas, el ruido de las ollas en la cocina y los pasos de baile de algunas personas. Sin embargo, también había quienes platicaban sobre sus propósitos para el Año Nuevo: planear y organizar diversos eventos, mejorar ciertos aspectos de su vida personal, pareja, familiar y laboral.

Esto me condujo a recordar el pentagrama humano, que incluye las dimensiones mental, social, emocional, física y espiritual, que nos integran como personas. Considero vital reflexionar sobre ellas, una vez que tengamos claro lo que buscamos para este año. “Nuestro cuerpo, corazón, mente y espíritu se nutren del contacto con otros seres humanos” (Ocampo, 2011).

Espero que esta reflexión sea un ejercicio que contribuya a tu bienestar. Cada dimensión implica trabajo por realizar para mejorar nuestro desempeño, por ejemplo, la mental requiere validar los puntos de vista, estar abiertos al intercambio de opiniones, expresar ideas sin miedo a la crítica y estar dispuestos a la retroalimentación. Estar conscientes de que nuestros pensamientos son abiertos, sin llegar a ser volátiles y que convivimos con quienes no están de acuerdo con nosotros.

En la dimensión física hay que atender lo que nos expresa el cuerpo respecto de nosotros; del mensaje que mandamos al mundo a través de él; qué tanta atención le ponemos al cuerpo; si cuidamos la alimentación y descanso, entre otros aspectos.

En la dimensión afectiva habríamos de preguntarnos si nos permitimos establecer relaciones profundas, de intimidad emocional, y si compartimos los sentimientos; también si tenemos claro lo que sentimos; si somos selectivos en nuestros contactos íntimos.

En cuanto a la dimensión social, hay que considerar si somos parte activa de la sociedad y del entorno en que vivimos; si nos permitimos proponer alternativas y desarrollar estrategias para mejorar la comunidad (trabajo, colonia, otros), y si estamos conscientes de que lo que hacemos repercute en las personas que nos rodean.

Finalmente, para la dimensión espiritual, tenemos que considerarnos afortunados por estar en este Universo; también preguntarnos si nos regalamos momentos de silencio y reflexión que nos permitan detener el ruido exterior. Y, por último, si agradecemos más de lo que pedimos o esperamos.

En verdad confío que este ejercicio te beneficie, y se convierta en el principio de algunos cambios en tu persona, pareja, familia, trabajo y ámbito social. Aquí está la diferencia respecto de ser y estar en la vida y no solamente pasar por este camino. Que al final, de este año 2020, podamos celebrar la vida y sus logros a través de la elección, decisión y acción contundente para ser mejores personas.

Buen fin de semana.

“Más allá de cualquier ideología...

más allá de lo sabio y lo profano,

soy parte del espacio, soy la vida

por el hecho de ser un ser humano”

Soy un ser humano: A. Cortez)

Al principio de la reunión se expusieron las expectativas respecto al nuevo año, con temas relevantes: pareja, amigos, trabajo, proyectos. Cuando los comensales disfrutaban sus bebidas, charlaban agitados por la alegría del momento, Roberto tomó la palabra y dijo: “Quiero hacer un brindis especial”. Todos callaron y lo miraron.

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Roberto elevó los ojos hacia el techo de la habitación, respiró profundamente y luego expresó: “Celebro la vida y sus circunstancias porque es lo que me permite crecer personalmente, agradezco lo que disfruto hoy porque es algo que me motiva a expresarles mi alegría por estar juntos”.

Todos lo observaron con detenimiento, él los invitó a formar un círculo y tomarse de las manos para agradecer aquel instante; fue un momento de reflexión y de respeto profundo. Al terminar el agradecimiento se abrazaron para festejar el inicio del año.

En la reunión en casa, algunas personas realizaron rituales para celebrar el inicio del año. Otros festejaron, plenos de alegría y eufóricos, por estar juntos en compañía de familiares e invitados. Otros más llegaron y se integraron con el avanzar de la noche.

Se escuchaba el sonido de los móviles, la música, el murmullo de las charlas, el ruido de las ollas en la cocina y los pasos de baile de algunas personas. Sin embargo, también había quienes platicaban sobre sus propósitos para el Año Nuevo: planear y organizar diversos eventos, mejorar ciertos aspectos de su vida personal, pareja, familiar y laboral.

Esto me condujo a recordar el pentagrama humano, que incluye las dimensiones mental, social, emocional, física y espiritual, que nos integran como personas. Considero vital reflexionar sobre ellas, una vez que tengamos claro lo que buscamos para este año. “Nuestro cuerpo, corazón, mente y espíritu se nutren del contacto con otros seres humanos” (Ocampo, 2011).

Espero que esta reflexión sea un ejercicio que contribuya a tu bienestar. Cada dimensión implica trabajo por realizar para mejorar nuestro desempeño, por ejemplo, la mental requiere validar los puntos de vista, estar abiertos al intercambio de opiniones, expresar ideas sin miedo a la crítica y estar dispuestos a la retroalimentación. Estar conscientes de que nuestros pensamientos son abiertos, sin llegar a ser volátiles y que convivimos con quienes no están de acuerdo con nosotros.

En la dimensión física hay que atender lo que nos expresa el cuerpo respecto de nosotros; del mensaje que mandamos al mundo a través de él; qué tanta atención le ponemos al cuerpo; si cuidamos la alimentación y descanso, entre otros aspectos.

En la dimensión afectiva habríamos de preguntarnos si nos permitimos establecer relaciones profundas, de intimidad emocional, y si compartimos los sentimientos; también si tenemos claro lo que sentimos; si somos selectivos en nuestros contactos íntimos.

En cuanto a la dimensión social, hay que considerar si somos parte activa de la sociedad y del entorno en que vivimos; si nos permitimos proponer alternativas y desarrollar estrategias para mejorar la comunidad (trabajo, colonia, otros), y si estamos conscientes de que lo que hacemos repercute en las personas que nos rodean.

Finalmente, para la dimensión espiritual, tenemos que considerarnos afortunados por estar en este Universo; también preguntarnos si nos regalamos momentos de silencio y reflexión que nos permitan detener el ruido exterior. Y, por último, si agradecemos más de lo que pedimos o esperamos.

En verdad confío que este ejercicio te beneficie, y se convierta en el principio de algunos cambios en tu persona, pareja, familia, trabajo y ámbito social. Aquí está la diferencia respecto de ser y estar en la vida y no solamente pasar por este camino. Que al final, de este año 2020, podamos celebrar la vida y sus logros a través de la elección, decisión y acción contundente para ser mejores personas.

Buen fin de semana.