/ viernes 4 de junio de 2021

Casos y cosas de la experiencia | No más kilos, por favor

Hemos valorado extraordinariamente la apariencia física, eso ha provocado que dejemos de apreciar lo que realmente importa, y puede conducirnos a crear relaciones firmes y significativas.

Hace unas semanas acompañé a algunas personas ocupadas en atender su sobrepeso, y de ahí surgieron preguntas clave: ¿qué derecho tienen otros para exigirnos que nuestro cuerpo tenga tal o cual forma o una talla específica? ¿En qué momento perdimos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo? Todos se toman la libertad de exigirnos un apego estricto a sus parámetros y expectativas, es decir, sociedad, padres, pareja, amigos, hijos, vecinos, etcétera; situación que en ocasiones puede ser condicionante para ser aceptado en algún lugar o relación.

Les comparto que, desde el inicio de la contingencia, me propuse estar mejor física, emocional y espiritualmente, tarea a la que le he dedicado tiempo y esfuerzo. Estoy en tratamiento con una nutrióloga, camino diariamente y he cambiado hábitos alimenticios con la convicción de que todo me ayudará a estar y sentirme bien conmigo mismo. Es una tarea titánica, pues demanda disciplina, compromiso, determinación y enfrentar emociones y sentimientos. Me di cuenta de esto último cuando, al realizar un ejercicio práctico sobre el sobrepeso y mi existencia, identifiqué algunas emociones que “me trago” sin masticar, es decir, sin procesar y expresar libremente. No basta ingresar a un gimnasio y seguir un régimen alimenticio, es pertinente hacer un alto en el camino y revisar nuestro estado emocional. Esto me recuerda la historia de una mujer bella, alta, tierna, delicada, inteligente, emprendedora y con fervor por bajar de peso. Ella me dijo: “He probado de todo”, y cuando hablaba de su “problema”, me compartió que desde chica es gordita, y sorprendía a los maestros por su estatura y obesidad. Con una expresión de dolor y amargura me dijo que en su casa la llamaban el tanque o la cochi; sus recuerdos de infancia no son del todo gratos, pues siempre le limitaban lo que comía, en cambio sus hermanos si podían comer lo que se les antojaba. Su madre siempre la tenía a dieta, cuando lograba un pequeño avance festejaba y comía, a escondidas, lo que le agradaba. Y todo el esfuerzo realizado se venía abajo y la sepultaba. Ella recuerda sus comidas como una tortura y un sufrimiento porque “tenía” que bajar de peso, y cumplir las expectativas de todos, excepto las suyas, todo eso lo relata con vergüenza, enojo, culpa y una tremenda tristeza. Se preguntaba por qué sus papás y hermanos podían comer todo y ella no. Le queda claro que sentía mucho coraje con todos, quería aniquilarlos, desaparecerlos; sólo veían mi gordura y no otras cosas. Ahora reconoce el ciclo, entre más engordaba, más me restringían. Y esto se convertía en un motivo para comer a escondidas y molestarlos.

Luz Ma también tiene conflicto con el sobrepeso. Antonio, su esposo, le dijo: “Necesito que te pongas a dieta”. Por tanto, su cuestionamiento es ¿debo adelgazar para ser aceptada, deseada y querida? En muchas ocasiones ella hizo dietas, se mató de hambre y así le demostró a su pareja que estaba dispuesta a darle gusto y que tenía razón: sólo flaca podría recibir su afecto y ser deseada por él. Claro, esto continúa porque Luz Ma sigue en lucha contra su sobrepeso. Por consiguiente, lleva un registro de lo que come, hace ejercicio, utiliza geles, lee con atención todo lo que pueda serle útil para comprender lo que le pasa.

Antonio siempre está molesto con Luz Ma, porque no le cumple respecto a su figura. Ella es incapaz de ponerle límites, situación que expresa con coraje ante sí misma, y se repite “quiero que me vea delgada y pues nada”. Por más esfuerzos que hago, no consigo estar como cuando nos casamos. Ese punto es crucial en la relación, él quiere una mujer esbelta, alguien a quien lucir y ahora no resulto favorable para su objetivo.

¿Qué sucede con Luz Ma? Es incapaz de expresar su enojo, establecer límites, decidir lo que realmente quiere. Creo que es importante reconocer los demás atributos que ella reúne, y utilizarlos para su proceso de cambio personal. ¿Qué mensajes nos ofrece su cuerpo, a través de la obesidad?, ¿cómo alcanzar su propósito, de ser una persona plena y libre?

Lo que puedo adelantar es que necesitamos revisar su historia personal, e identificar los recursos que cada quien tiene para impulsarse y salir de ese ciclo vicioso respecto de la apariencia. Estoy de acuerdo que el autocuidado es clave para estar mejor cada día, algunos tenemos facilidades para hacerlo, pero otros no tanto. No desistamos, hagamos la tarea para alcanzar nuestros objetivos y, principalmente, para lograr una salud integral. Prestemos atención a nuestro cuerpo y su relación con las emociones y sentimientos retenidos. Existen cosas no expresadas, como miedos, inseguridades, devaluaciones y recuerdos dolorosos, entre otras cosas.

Trabajemos por una salud integral. Mi exterior no será perfecto, sino saludable, es el mejor regalo que puedo darme.

Buen fin de semana… Conesperanza-21

#contagiabuenavibra

#yoaportoenpositivo

Hemos valorado extraordinariamente la apariencia física, eso ha provocado que dejemos de apreciar lo que realmente importa, y puede conducirnos a crear relaciones firmes y significativas.

Hace unas semanas acompañé a algunas personas ocupadas en atender su sobrepeso, y de ahí surgieron preguntas clave: ¿qué derecho tienen otros para exigirnos que nuestro cuerpo tenga tal o cual forma o una talla específica? ¿En qué momento perdimos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo? Todos se toman la libertad de exigirnos un apego estricto a sus parámetros y expectativas, es decir, sociedad, padres, pareja, amigos, hijos, vecinos, etcétera; situación que en ocasiones puede ser condicionante para ser aceptado en algún lugar o relación.

Les comparto que, desde el inicio de la contingencia, me propuse estar mejor física, emocional y espiritualmente, tarea a la que le he dedicado tiempo y esfuerzo. Estoy en tratamiento con una nutrióloga, camino diariamente y he cambiado hábitos alimenticios con la convicción de que todo me ayudará a estar y sentirme bien conmigo mismo. Es una tarea titánica, pues demanda disciplina, compromiso, determinación y enfrentar emociones y sentimientos. Me di cuenta de esto último cuando, al realizar un ejercicio práctico sobre el sobrepeso y mi existencia, identifiqué algunas emociones que “me trago” sin masticar, es decir, sin procesar y expresar libremente. No basta ingresar a un gimnasio y seguir un régimen alimenticio, es pertinente hacer un alto en el camino y revisar nuestro estado emocional. Esto me recuerda la historia de una mujer bella, alta, tierna, delicada, inteligente, emprendedora y con fervor por bajar de peso. Ella me dijo: “He probado de todo”, y cuando hablaba de su “problema”, me compartió que desde chica es gordita, y sorprendía a los maestros por su estatura y obesidad. Con una expresión de dolor y amargura me dijo que en su casa la llamaban el tanque o la cochi; sus recuerdos de infancia no son del todo gratos, pues siempre le limitaban lo que comía, en cambio sus hermanos si podían comer lo que se les antojaba. Su madre siempre la tenía a dieta, cuando lograba un pequeño avance festejaba y comía, a escondidas, lo que le agradaba. Y todo el esfuerzo realizado se venía abajo y la sepultaba. Ella recuerda sus comidas como una tortura y un sufrimiento porque “tenía” que bajar de peso, y cumplir las expectativas de todos, excepto las suyas, todo eso lo relata con vergüenza, enojo, culpa y una tremenda tristeza. Se preguntaba por qué sus papás y hermanos podían comer todo y ella no. Le queda claro que sentía mucho coraje con todos, quería aniquilarlos, desaparecerlos; sólo veían mi gordura y no otras cosas. Ahora reconoce el ciclo, entre más engordaba, más me restringían. Y esto se convertía en un motivo para comer a escondidas y molestarlos.

Luz Ma también tiene conflicto con el sobrepeso. Antonio, su esposo, le dijo: “Necesito que te pongas a dieta”. Por tanto, su cuestionamiento es ¿debo adelgazar para ser aceptada, deseada y querida? En muchas ocasiones ella hizo dietas, se mató de hambre y así le demostró a su pareja que estaba dispuesta a darle gusto y que tenía razón: sólo flaca podría recibir su afecto y ser deseada por él. Claro, esto continúa porque Luz Ma sigue en lucha contra su sobrepeso. Por consiguiente, lleva un registro de lo que come, hace ejercicio, utiliza geles, lee con atención todo lo que pueda serle útil para comprender lo que le pasa.

Antonio siempre está molesto con Luz Ma, porque no le cumple respecto a su figura. Ella es incapaz de ponerle límites, situación que expresa con coraje ante sí misma, y se repite “quiero que me vea delgada y pues nada”. Por más esfuerzos que hago, no consigo estar como cuando nos casamos. Ese punto es crucial en la relación, él quiere una mujer esbelta, alguien a quien lucir y ahora no resulto favorable para su objetivo.

¿Qué sucede con Luz Ma? Es incapaz de expresar su enojo, establecer límites, decidir lo que realmente quiere. Creo que es importante reconocer los demás atributos que ella reúne, y utilizarlos para su proceso de cambio personal. ¿Qué mensajes nos ofrece su cuerpo, a través de la obesidad?, ¿cómo alcanzar su propósito, de ser una persona plena y libre?

Lo que puedo adelantar es que necesitamos revisar su historia personal, e identificar los recursos que cada quien tiene para impulsarse y salir de ese ciclo vicioso respecto de la apariencia. Estoy de acuerdo que el autocuidado es clave para estar mejor cada día, algunos tenemos facilidades para hacerlo, pero otros no tanto. No desistamos, hagamos la tarea para alcanzar nuestros objetivos y, principalmente, para lograr una salud integral. Prestemos atención a nuestro cuerpo y su relación con las emociones y sentimientos retenidos. Existen cosas no expresadas, como miedos, inseguridades, devaluaciones y recuerdos dolorosos, entre otras cosas.

Trabajemos por una salud integral. Mi exterior no será perfecto, sino saludable, es el mejor regalo que puedo darme.

Buen fin de semana… Conesperanza-21

#contagiabuenavibra

#yoaportoenpositivo