/ viernes 28 de febrero de 2020

Casos y cosas de la experiencia | Amar es…

“…, el amor es un sentimiento que nos empuja a desear la felicidad del ser amado” (D. Bucay, 2018).

La tarde era propicia para caminar y ordenar las ideas de algunos proyectos; redactar esta columna semanal es uno de ellos, para así cumplir con el compromiso de compartir la experiencia de preparación personal y profesional. Sin duda, fluyen temas importantes y danzan entrelazados como una pareja de enamorados.

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Giorgio llegó puntual a la sesión y fue claro, conciso y estaba decidido a enfocarse en el tema que quería tratar. Recientemente había tomado una decisión vital: dejar una relación que significa mucho para él. Desde ese momento me habló con mucho detalle de lo sucedido, pero cuando lo invité a exponer lo que siente, se transformó. Su cuerpo se enconchó, echó los hombros hacia delante, se cubrió la cara con las manos y rompió a llorar.

Giorgio es un hombre fuerte, de estatura regular, profesional calificado, orientado a resultados y con la determinación del joven que quiere ser exitoso en lo que emprende. Ciertamente había llegado el momento de asumir el reto de vivir en pareja. El desafío lo había enfrentado, vapuleado y derrumbado.

— ¿Por qué me tiene que pasar esto?, dijo Giorgio.

— Y ahora que lo vives, ¿qué puedes hacer para salir adelante?, le cuestioné

— Me duele, desconcierta, siento coraje y frustración, respondió.

En el transcurso de la sesión Giorgio enfrentó ese tsunami de emociones, golpeaba los descansabrazos del sillón y lloraba como un pequeño.

Las separaciones no son fáciles, debido a los vínculos que establecemos con las personas significativas. Durante el tiempo de convivencia se suman experiencias y detalles que van creando los espacios para el amor. Todo ello envuelve a la pareja: lugares, personas, objetos, música, comidas, etcétera.

Giorgio tenía claro todo eso, sólo que no podía contener las emociones que gravitaban en él, le resultaba difícil entender como había decidido soltar aquella relación que tanto le hacía vibrar. Decidió buscar ayuda profesional porque se percató de que enfrentaba una pérdida significativa y no podía solo con eso…

— Siempre he sido un hombre fuerte, decidido, independiente. He enfrentado situaciones difíciles, pero esta sí me derrumbó, confesó.

— Algo que llama mi atención es cuando afirmas que quieres la felicidad de tu ex pareja. Esto me hace recordar a D. Bucay, quien señala: “…, el amor es un sentimiento que nos empuja a desear la felicidad del ser amado. Si yo te amo… ¿Cómo habría de oponerme a las cosas que te hacen feliz, aun cuando esas cosas me quiten algo de tu tiempo y tu atención?”

Giorgio levantó la cabeza, me solicitó que le repitiera la idea expresada por Bucay, y dijo:

— Es cierto, es algo que le había dicho a Sheila cuando hablamos de nuestra decisión de separarnos. Aun así me duele.

— Reconozco tus sentimientos, ese dolor que te consume ahora…

La sesión casi terminaba, y Giorgio estaba relajándose. Identificaba con detalle sus recursos emocionales con los cuales saldría adelante de esta experiencia.

Giorgio y Sheila habían enfrentado desacuerdos, lo que desembocó en la ruptura y la separación; experiencias que forman parte inevitable de las relaciones interpersonales. Resulta absurdo pensar y creer que tendremos la misma opinión o preferencias iguales acerca de ciertas cosas. Si queremos tener una relación saludable con los demás, es pertinente aprender a lidiar con los desacuerdos.

Las relaciones de pareja son un reto importante para sus integrantes, por ello requieren de un trabajo en conjunto para lograr su propósito: mantenerse unidos. D. Bucay señala: “Cuando dos personas comparten la pasión, el amor y el proyecto de vida, les toca emprender un arduo trabajo de evaluación de sus prioridades como individuos y como equipo”.

Buen fin de semana.

“…, el amor es un sentimiento que nos empuja a desear la felicidad del ser amado” (D. Bucay, 2018).

La tarde era propicia para caminar y ordenar las ideas de algunos proyectos; redactar esta columna semanal es uno de ellos, para así cumplir con el compromiso de compartir la experiencia de preparación personal y profesional. Sin duda, fluyen temas importantes y danzan entrelazados como una pareja de enamorados.

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Giorgio llegó puntual a la sesión y fue claro, conciso y estaba decidido a enfocarse en el tema que quería tratar. Recientemente había tomado una decisión vital: dejar una relación que significa mucho para él. Desde ese momento me habló con mucho detalle de lo sucedido, pero cuando lo invité a exponer lo que siente, se transformó. Su cuerpo se enconchó, echó los hombros hacia delante, se cubrió la cara con las manos y rompió a llorar.

Giorgio es un hombre fuerte, de estatura regular, profesional calificado, orientado a resultados y con la determinación del joven que quiere ser exitoso en lo que emprende. Ciertamente había llegado el momento de asumir el reto de vivir en pareja. El desafío lo había enfrentado, vapuleado y derrumbado.

— ¿Por qué me tiene que pasar esto?, dijo Giorgio.

— Y ahora que lo vives, ¿qué puedes hacer para salir adelante?, le cuestioné

— Me duele, desconcierta, siento coraje y frustración, respondió.

En el transcurso de la sesión Giorgio enfrentó ese tsunami de emociones, golpeaba los descansabrazos del sillón y lloraba como un pequeño.

Las separaciones no son fáciles, debido a los vínculos que establecemos con las personas significativas. Durante el tiempo de convivencia se suman experiencias y detalles que van creando los espacios para el amor. Todo ello envuelve a la pareja: lugares, personas, objetos, música, comidas, etcétera.

Giorgio tenía claro todo eso, sólo que no podía contener las emociones que gravitaban en él, le resultaba difícil entender como había decidido soltar aquella relación que tanto le hacía vibrar. Decidió buscar ayuda profesional porque se percató de que enfrentaba una pérdida significativa y no podía solo con eso…

— Siempre he sido un hombre fuerte, decidido, independiente. He enfrentado situaciones difíciles, pero esta sí me derrumbó, confesó.

— Algo que llama mi atención es cuando afirmas que quieres la felicidad de tu ex pareja. Esto me hace recordar a D. Bucay, quien señala: “…, el amor es un sentimiento que nos empuja a desear la felicidad del ser amado. Si yo te amo… ¿Cómo habría de oponerme a las cosas que te hacen feliz, aun cuando esas cosas me quiten algo de tu tiempo y tu atención?”

Giorgio levantó la cabeza, me solicitó que le repitiera la idea expresada por Bucay, y dijo:

— Es cierto, es algo que le había dicho a Sheila cuando hablamos de nuestra decisión de separarnos. Aun así me duele.

— Reconozco tus sentimientos, ese dolor que te consume ahora…

La sesión casi terminaba, y Giorgio estaba relajándose. Identificaba con detalle sus recursos emocionales con los cuales saldría adelante de esta experiencia.

Giorgio y Sheila habían enfrentado desacuerdos, lo que desembocó en la ruptura y la separación; experiencias que forman parte inevitable de las relaciones interpersonales. Resulta absurdo pensar y creer que tendremos la misma opinión o preferencias iguales acerca de ciertas cosas. Si queremos tener una relación saludable con los demás, es pertinente aprender a lidiar con los desacuerdos.

Las relaciones de pareja son un reto importante para sus integrantes, por ello requieren de un trabajo en conjunto para lograr su propósito: mantenerse unidos. D. Bucay señala: “Cuando dos personas comparten la pasión, el amor y el proyecto de vida, les toca emprender un arduo trabajo de evaluación de sus prioridades como individuos y como equipo”.

Buen fin de semana.