/ viernes 9 de julio de 2021

Casos y cosas de la experiencia | Pelando la cebolla

Después de cobrar conciencia, está la integración.

Ayer, cuando me disponía a cocinar y elegir los ingredientes para hacerlo, la cebolla hizo su entrada triunfal. En ese momento experimenté el efecto que provoca partirla: expide un zumo que hace llorar. Lo mismo ocurre cuando se comparte alguna experiencia en las sesiones de psicoterapia, surgen emociones o sentimientos, que provocan lágrimas.

Esto me recuerda que algunos iniciamos el proceso psicoterapéutico en condiciones de salud desfavorables, por ejemplo con dolores de cabeza, cuello y espalda, acidez estomacal o sobrepeso, con dificultades para dormir y agotamiento, entre otros malestares. Algunos otros refieren que se exceden en el consumo de cafeína y alcohol, y que fuman constantemente para sortear el estrés físico.

Ciertamente, hay personas interesadas en modificar dichos hábitos dañinos; eso no será fácil y llevará tiempo. Sin lugar a dudas, hacer cambios en nuestra vida implica una decisión consciente, responsabilidad, compromiso y esfuerzo. Lo afirmo porque soy testigo de ello; el proceso psicoterapéutico es una oportunidad para promover la conciencia de lo que somos y hacemos. A medida que vayamos siendo conscientes de nuestro cuerpo, emociones, sentimientos y entorno podremos crear experiencias significativas que nutran nuestro ser y mejoren nuestra calidad de vida. Además, tendremos oportunidades para tomar mejores decisiones.

En el artículo anterior expresé la relevancia del autocuidado y el acompañamiento, del encuentro con otros para trabajar en nuestro camino en pos de lograr una salud holística: física, emocional y espiritual. Agradezco el acompañamiento de mis psicoterapeutas en mi proceso personal: Celia P. Muldoon, Dionisio Kladiano, Lolita y Jomar, Pilar Ocampo y Marco Sanjuán, entre otros. Ellos han nutrido mi existencia con su modelaje, es decir, su compromiso personal y profesional. Algo que subrayo de cada uno es su congruencia; personalmente estoy dispuesto a trabajar por alcanzarla, con el testimonio que ellos me han dejado, al igual que lo han hecho otros profesionales.

Por consiguiente, invito a las personas a asumir la responsabilidad de su salud integral, porque creo que son capaces de mejorarla y mantenerla nutricia. También a buscar alternativas, lo más naturales posible, para alimentarse y cuidarse. Todos necesitamos hacer ejercicio físico, pero algunos no pueden asistir a un gimnasio ni contar con un entrenador, sin embargo, es posible realizar actividades indicadas por los médicos, como caminar, seleccionar mejor los alimentos y beber agua. Asimismo, se pueden aprender técnicas para reducir el estrés, el consumo de tabaco y los alimentos chatarra.

He incorporado todos esos cambios a mi experiencia personal, y no resultan fáciles; algunos ajustes requieren supervisión médica y nutrióloga. Es importante el apoyo de amigos y cómplices en este sentido, por fortuna yo cuento con dos personas hermosas que también están en este proceso de transformación. Admiro y reconozco, asimismo, a algunas de las personas que acompaño en su proceso psicoterapéutico, son mi aliciente, porque están buscando un enfoque holístico de salud. A otros les sugiero asistir con ciertos profesionales de la salud para que logren su objetivo, por supuesto cuando observo que sus conflictos tienen un origen emocional.

He aprendido muchas cosas, entre otras a comer despacio, ahora disfruto cada bocado sin prisa, y cuando termino de comer le agradezco a mi cuerpo lo que soportó en otro momento: estrés, estrés, estrés. También agradezco las experiencias compartidas con las personas que acompaño, porque nutren mi vida. Continuaré trabajando en mi nutrición física, emocional y espiritual, para servir mejor y alcanzar un bien mayor. El proceso psicoterapéutico es un buen lugar para experimentar los cambios que cada quien elija realizar.

Buen fin de semana… Conesperanza-21

#contagiabuenavibra

#yoaportoenpositivo

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta{

Correo electrónico: ignacio.lovio@gmail.com


Después de cobrar conciencia, está la integración.

Ayer, cuando me disponía a cocinar y elegir los ingredientes para hacerlo, la cebolla hizo su entrada triunfal. En ese momento experimenté el efecto que provoca partirla: expide un zumo que hace llorar. Lo mismo ocurre cuando se comparte alguna experiencia en las sesiones de psicoterapia, surgen emociones o sentimientos, que provocan lágrimas.

Esto me recuerda que algunos iniciamos el proceso psicoterapéutico en condiciones de salud desfavorables, por ejemplo con dolores de cabeza, cuello y espalda, acidez estomacal o sobrepeso, con dificultades para dormir y agotamiento, entre otros malestares. Algunos otros refieren que se exceden en el consumo de cafeína y alcohol, y que fuman constantemente para sortear el estrés físico.

Ciertamente, hay personas interesadas en modificar dichos hábitos dañinos; eso no será fácil y llevará tiempo. Sin lugar a dudas, hacer cambios en nuestra vida implica una decisión consciente, responsabilidad, compromiso y esfuerzo. Lo afirmo porque soy testigo de ello; el proceso psicoterapéutico es una oportunidad para promover la conciencia de lo que somos y hacemos. A medida que vayamos siendo conscientes de nuestro cuerpo, emociones, sentimientos y entorno podremos crear experiencias significativas que nutran nuestro ser y mejoren nuestra calidad de vida. Además, tendremos oportunidades para tomar mejores decisiones.

En el artículo anterior expresé la relevancia del autocuidado y el acompañamiento, del encuentro con otros para trabajar en nuestro camino en pos de lograr una salud holística: física, emocional y espiritual. Agradezco el acompañamiento de mis psicoterapeutas en mi proceso personal: Celia P. Muldoon, Dionisio Kladiano, Lolita y Jomar, Pilar Ocampo y Marco Sanjuán, entre otros. Ellos han nutrido mi existencia con su modelaje, es decir, su compromiso personal y profesional. Algo que subrayo de cada uno es su congruencia; personalmente estoy dispuesto a trabajar por alcanzarla, con el testimonio que ellos me han dejado, al igual que lo han hecho otros profesionales.

Por consiguiente, invito a las personas a asumir la responsabilidad de su salud integral, porque creo que son capaces de mejorarla y mantenerla nutricia. También a buscar alternativas, lo más naturales posible, para alimentarse y cuidarse. Todos necesitamos hacer ejercicio físico, pero algunos no pueden asistir a un gimnasio ni contar con un entrenador, sin embargo, es posible realizar actividades indicadas por los médicos, como caminar, seleccionar mejor los alimentos y beber agua. Asimismo, se pueden aprender técnicas para reducir el estrés, el consumo de tabaco y los alimentos chatarra.

He incorporado todos esos cambios a mi experiencia personal, y no resultan fáciles; algunos ajustes requieren supervisión médica y nutrióloga. Es importante el apoyo de amigos y cómplices en este sentido, por fortuna yo cuento con dos personas hermosas que también están en este proceso de transformación. Admiro y reconozco, asimismo, a algunas de las personas que acompaño en su proceso psicoterapéutico, son mi aliciente, porque están buscando un enfoque holístico de salud. A otros les sugiero asistir con ciertos profesionales de la salud para que logren su objetivo, por supuesto cuando observo que sus conflictos tienen un origen emocional.

He aprendido muchas cosas, entre otras a comer despacio, ahora disfruto cada bocado sin prisa, y cuando termino de comer le agradezco a mi cuerpo lo que soportó en otro momento: estrés, estrés, estrés. También agradezco las experiencias compartidas con las personas que acompaño, porque nutren mi vida. Continuaré trabajando en mi nutrición física, emocional y espiritual, para servir mejor y alcanzar un bien mayor. El proceso psicoterapéutico es un buen lugar para experimentar los cambios que cada quien elija realizar.

Buen fin de semana… Conesperanza-21

#contagiabuenavibra

#yoaportoenpositivo

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta{

Correo electrónico: ignacio.lovio@gmail.com